El nuevo líder de Al Qaeda, Seif Al-Adel, tiene su base en Irán, según informó ayer el Departamento de Estado estadounidense.
"Nuestra evaluación coincide con la de la ONU: que el nuevo líder de facto de Al Qaeda, Saif al-Adel, tiene su base en Irán", declaró el portavoz del Departamento, Ned Price.
"Ofrecer refugio seguro a Al Qaeda es otro ejemplo del amplio apoyo de Irán al terrorismo y de sus actividades desestabilizadoras en Oriente Próximo y más allá".
Al-Adel, ex oficial de las fuerzas especiales egipcias, tiene una recompensa de 10 millones de dólares estadounidenses por su cabeza y la opinión generalizada es que es el líder "indiscutible" de la red terrorista, según el informe de la ONU publicado el martes.
Aunque Al Qaeda no ha anunciado formalmente un sucesor para Ayman Al Zawahiri, que al parecer murió en un ataque con misiles del Reino Unido en Kabul el año pasado, un informe de la ONU afirmaba que muchos Estados miembros opinan que Al-Adel ya está actuando como nuevo emir.
Al-Adel, uno de los miembros de la vieja guardia del grupo, fue en su día guardaespaldas del fundador de Al Qaeda, Osama Bin Laden. En 1998 fue procesado y acusado por su participación en los atentados con bomba contra las embajadas estadounidenses en Tanzania y Kenia.
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Según el programa Recompensas por la Justicia del Departamento de Estado, Al-Adel se trasladó a Irán tras los atentados de África y vivió bajo la protección del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC). Al parecer, en 2003 fue puesto bajo arresto domiciliario junto con otros dirigentes de Al Qaeda y fue liberado junto con otras cuatro personas a cambio de un diplomático iraní secuestrado en Yemen.
La misión de Irán ante la ONU ha negado las afirmaciones y ha declarado: "Cabe señalar que la dirección del supuesto nuevo dirigente de Al Qaeda es incorrecta. Esta información errónea podría obstaculizar los esfuerzos para combatir el terrorismo".
El informe de la ONU señalaba que el grupo islamista suní es sensible a la cuestión de que Al-Adel resida en Irán, de mayoría chií. "Su ubicación plantea cuestiones que tienen que ver con las ambiciones de Al Qaeda de afirmar el liderazgo de un movimiento global frente a los desafíos del ISIL", decía, refiriéndose a la organización rival Daesh.
En 2020, Abu Muhammad Al-Masri, entonces número dos de Al-Qaeda, fue asesinado por dos agentes israelíes en Teherán "a instancias de Estados Unidos" en el aniversario de los dos atentados contra embajadas en África. En enero de 2021, el secretario de Estado estadounidense saliente, Mike Pompeo, afirmó que Irán era la "nueva base de operaciones" de Al Qaeda. Teherán rechazó las declaraciones calificándolas de "mentiras belicistas".
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