Tawakkol Karman, activista yemení y premio Nobel de la Paz, consideró que la solidaridad y la simpatía generalizadas de los árabes hacia Turquía en el devastador desastre causado por el terremoto "no son una sorpresa".
En una entrevista concedida a Anadolu, Karman declaró: "En general, los países árabes muestran una gran simpatía y solidaridad popular, y no es de extrañar, porque lo que une a árabes y turcos es más de lo que los separa".
Al menos 36.187 personas murieron a causa de dos fuertes terremotos que sacudieron el sur de Turquía el 6 de febrero, según informó el jueves la agencia de catástrofes.
Los temblores de magnitud 7,7 y 7,6 de la semana pasada tuvieron su epicentro en Kahramanmaras y afectaron a otras nueve provincias: Hatay, Gaziantep, Adiyaman, Malatya, Adana, Diyarbakir, Kilis, Osmaniye y Sanliurfa. Más de 13 millones de personas se han visto afectadas por los devastadores seísmos.
Respuesta humanitaria
El activista yemení declaró que "la Fundación Tawakkol Karman está proporcionando ayuda a los afligidos como parte de los esfuerzos humanitarios locales e internacionales que buscan mitigar los daños del desastre y ayudar a aquellos que perdieron sus hogares y a sus seres queridos".
Según Karman, la Fundación pretende "construir 50 viviendas que, una vez terminadas, serán entregadas a la Autoridad Turca de Desastres y Emergencias (AFAD)".
También pretende "entregar donativos y movilizar recursos y esfuerzos para cubrir las necesidades, de forma similar a otras organizaciones de la sociedad civil y labores humanitarias".
La ayuda incluye "mantas, colchones, ropa de invierno, alimentos y algunos materiales sanitarios y utensilios de higiene personal".
Karman explicó que "la campaña, que se lleva a cabo en coordinación con las autoridades turcas, se centrará en Reyhanli, en la gobernación de Hatay, donde se han refugiado muchos de los desplazados, además de en otras regiones del sur de Turkiye."
Karman también declaró que "la donación financiera para apoyar a las instituciones que operan en el norte de Siria también está incluida en el programa de la campaña".
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Solidaridad yemení
Karman subrayó que "el pueblo yemení siente un afecto fraternal hacia los pueblos sirio y turco".
"Los yemeníes de Turkiye hicieron lo que cualquier persona responsable debería hacer. Contribuyeron con donaciones económicas y de sangre", añadió.
"La solidaridad árabe, en gran medida, fue muy buena, pero no debemos olvidar que existe una debilidad general en el equipamiento y los preparativos para hacer frente a las catástrofes naturales", añadió Karman.
Subrayó que "la simpatía popular y la gran solidaridad mostrada por los países árabes no es sorprendente, ya que lo que une a árabes y turcos es más de lo que los separa".
Desde que se produjo el terremoto, activistas árabes han expresado en las redes sociales su dolor y solidaridad con los afectados tanto en Turquía como en Siria.
Activistas de Túnez, Egipto, Qatar, Kuwait, Arabia Saudí y Somalia interactuaron con la catástrofe del terremoto, expresando su solidaridad con los dos pueblos, donde se ofrecieron voluntarios para recoger donativos y entregarlos a los afligidos.
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Buena gestión
El activista yemení dijo: "Admitamos que la catástrofe es muy grande, y sin embargo parece que la reacción del gobierno y las agencias turcas es buena."
"Las operaciones de rescate, evacuación y refugio, así como la provisión de los suministros necesarios para los necesitados, se hicieron con rapidez", añadió.
"Las promesas del gobierno de restaurar lo destruido y proporcionar ayuda a los afectados indican que está comprometido a aliviar el sufrimiento de las zonas afectadas", según Karman.
El sábado, el Presidente turco se comprometió a reconstruir la región afectada por el terremoto como parte de un plan de un año de duración.
Karman criticó la respuesta internacional y los esfuerzos de la comunidad internacional: "Por las noticias que se difunden, hay una respuesta internacional, pero no creo que fuera tan grande como la catástrofe".
Explicó que "la comunidad internacional debería prestar más atención a las catástrofes naturales en todo el mundo".
Karman subrayó que "es posible trabajar duro para encontrar ciertos medios fijos y flexibles que ayuden a mitigar los daños derivados de las catástrofes naturales".
El activista yemení concluyó diciendo: "Éste es uno de los problemas que debe abordar el mundo, no sólo los países afectados."
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