El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, condenó ayer el uso de "proyectiles explosivos" por parte de las fuerzas de ocupación israelíes, que causó 11 muertos y 102 heridos entre los palestinos de la ciudad ocupada de Naplusa, en Cisjordania.
"Me preocupa profundamente que decenas de palestinos, entre ellos un niño y tres hombres mayores, murieran y cientos resultaran heridos en la operación israelí en Nablús, y por los ataques aéreos y con cohetes entre Israel y grupos armados palestinos en la Franja de Gaza", declaró Turk.
Llevar a cabo una operación con proyectiles explosivos lanzados desde el hombro y otras armas típicamente asociadas a las hostilidades en una zona muy poblada, a plena luz del día y en un momento de gran actividad pública, sugiere desprecio por la vida y la seguridad de los transeúntes.
El ejército de ocupación israelí irrumpió el miércoles en la ciudad con vehículos blindados asesinando a 11 palestinos, entre ellos un niño de 16 años y hombres de 72 y 68 años, además de herir a otros 102.
"Reitero mi reciente llamamiento a detener la ilógica escalada que se ha ido acumulando en detrimento de los derechos humanos tanto de palestinos como de israelíes", añadió Turk.
Subrayó que todas las operaciones de seguridad de las fuerzas del orden deben cumplir la legislación internacional sobre derechos humanos, lo que incluye garantizar que todos los homicidios y lesiones graves se investigan conforme a las normas y criterios internacionales.
Naplusa y la cercana Yenín han sido foco de incursiones que Israel ha intensificado en el último año.
Sesenta y dos palestinos, entre hombres armados y civiles, han muerto en lo que va de 2023, según el Ministerio de Sanidad palestino.