Tras la matanza israelí de 11 palestinos en la ciudad ocupada de Naplusa, en Cisjordania, el Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, se declaró ayer "consternado" por la pérdida de vidas civiles.
En un comunicado, Wennesland afirmó: "estoy profundamente perturbado por el continuo ciclo de violencia y consternado por la pérdida de vidas civiles".
Y añadió: "sigo comprometiéndome con todas las partes implicadas para rebajar la tensión. Insto a todas las partes a que se abstengan de tomar medidas que puedan inflamar aún más una situación ya de por sí volátil."
Mientras tanto, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, declaró que la administración Biden "está extremadamente preocupada por los niveles de violencia en Israel y Cisjordania".
Y añadió: "deseamos una pronta recuperación a los heridos y nuestros corazones están con las familias de los transeúntes inocentes que murieron hoy."
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Price prosiguió: "reconocemos los verdaderos problemas de seguridad a los que se enfrenta Israel. Al mismo tiempo, estamos profundamente preocupados por el gran número de heridos y la pérdida de vidas civiles."
Advirtió de que la matanza de palestinos podría socavar los recientes esfuerzos realizados por la administración estadounidense para rebajar la tensión.
"Hemos mantenido conversaciones productivas en los últimos días con las partes y con los socios regionales de Estados Unidos en apoyo de los esfuerzos para evitar más violencia. Nos preocupa profundamente que el impacto de la incursión de hoy pueda hacer retroceder los esfuerzos encaminados a restablecer la calma tanto para israelíes como para palestinos."
A primera hora del miércoles, las fuerzas de ocupación israelíes asaltaron la ciudad de Nablús y asesinaron a 11 palestinos, entre ellos un hombre de 72 años y un niño de 16, además de herir a otros 102.