El noroeste de Siria se encuentra en medio de un "número muy elevado" de brotes de cólera tras los mortíferos terremotos que agravaron un panorama humanitario ya de por sí calamitoso, declaró el martes el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, informa la agencia de noticias Anadolu.
"El riesgo de enfermedades está aumentando junto a los brotes de cólera preexistentes", declaró Martin Griffiths ante el Consejo de Seguridad, tres semanas después de que los mortíferos temblores del 6 de febrero devastaran amplias zonas de Siria y Turquía. "Los precios de los alimentos, los gastos domésticos y otros artículos de primera necesidad suben".
Es necesario tomar medidas inmediatas para restablecer el suministro de agua potable a la población de la región para hacer frente a "la amenaza generalizada del cólera en Siria, el noroeste y más allá", afirmó.
Más de 50.000 personas han muerto en Turquía y Siria tras los seísmos, que derribaron miles de edificios y causaron graves daños en toda la región.
En Siria, según Griffiths, cientos de edificios siguen en peligro de derrumbarse, y miles en la ciudad de Alepo podrían tener que ser demolidos.
"Mucha gente, por supuesto, tiene miedo de volver a sus casas todavía para que se certifique que son seguras", dijo.
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