Cuando la guerra entre Rusia y Ucrania entra en su segundo año, los responsables políticos y militares israelíes han seguido de cerca la visita del presidente estadounidense Joe Biden a Ucrania y la han considerado una señal del apoyo de Washington a Kiev. La visita de Biden coincidió con la de los miembros de la Knesset Yuli Edelstein y Ze'ev Elkin, y con la del ministro israelí de Asuntos Exteriores Eli Cohen justo antes. Estos acontecimientos pueden obligar a Israel a tomar medidas operativas, especialmente dada la creciente cooperación militar entre Rusia e Irán.
Los israelíes creen que fue bueno que la visita de Cohen a Ucrania se produjera días antes de la llegada de Biden. En cualquier caso, era el primer alto cargo israelí que visitaba el país, y había una dimensión simbólica en el hecho de que miembros de la Knesset israelí estuvieran junto a los ucranianos junto al presidente estadounidense. En Israel se espera que el Primer Ministro Benjamin Netanyahu también visite pronto Kiev.
Israel se ha mostrado muy cauteloso a la hora de tomar partido en la guerra desde que comenzó hace un año con la invasión rusa. Netanyahu se abstuvo de condenar a Rusia, pero no expresó su simpatía por los ucranianos. Sin embargo, desde que volvió al poder, ha empezado a esbozar su esperada política hacia la guerra. Ha dicho en varias ocasiones que Israel consideraría la posibilidad de enviar armas a Ucrania, y aceptó la visita de Cohen. En estas circunstancias, podría hacer un viaje de solidaridad a Ucrania sin provocar una crisis con Moscú.
Todas estas visitas a Kiev demuestran que hay un movimiento visible por parte del actual gobierno israelí en su postura sobre la guerra, a diferencia de los anteriores gobiernos de Naftali Bennett y Yair Lapid. Por tanto, hay más posibilidades de que Israel responda a las peticiones occidentales para que ayude a Ucrania. Sin embargo, los israelíes quieren no enfadar a Rusia, por si esto afecta a la situación en Siria, aliada de Moscú.
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Entre los factores que podrían llevar a Israel a cambiar su política hacia Ucrania figuran la necesidad del Estado ocupante de contar con el apoyo de Occidente a medida que Irán se acerca al umbral nuclear, incluso cuando aumenta la tensión entre Israel y Occidente por el "golpe" judicial de Netanyahu, los asentamientos ilegales y el peligro de una explosión con los palestinos en Cisjordania y Jerusalén ocupadas. También preocupa que pueda considerarse que teme a Rusia, lo que perjudicaría a la marca Israel en todo el mundo.
La visita de Cohen a Ucrania enfureció a Moscú. Esto quedó patente cuando éste se negó a aplazar las acciones legales para cerrar la Agencia Judía en Rusia. Israel teme que esto marque un cambio en la postura rusa en respuesta al calentamiento de las relaciones entre Tel Aviv y Kiev.
La Agencia Judía lleva muchos años trabajando en Rusia, fomentando la emigración al Estado ocupante y dirigiendo campamentos de verano e instituciones educativas. Antes de que se pidiera el cierre de su oficina, el gobierno ruso exigió que proporcionara información especial sobre los judíos que deseaban emigrar a Israel. La agencia se negó, por temor a su seguridad. El enfado de Moscú por el apoyo israelí a Ucrania puede provocar un alineamiento aún mayor de Rusia con Irán.
Durante su visita de 12 horas a Kiev, Cohen se reunió con el presidente Volodymyr Zelenskyy, posiblemente el judío más famoso del mundo en este momento. La visita tenía tres objetivos: demostrar que Israel apoya a Ucrania al igual que lo hacen los países europeos y Estados Unidos; poner la cuestión iraní en primer plano; y aumentar la ayuda humanitaria israelí a Ucrania.
Israel considera que Ucrania ha adquirido influencia internacional y los israelíes la quieren de su lado contra Irán, que representa un enemigo común. Cohen y Zelenskyy discutieron las formas de hacer frente a la amenaza de los drones iraníes que Rusia está utilizando en Ucrania, y acordaron profundizar la cooperación en la lucha contra Irán en el ámbito internacional.
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Aunque Israel prometió hace seis meses suministrar a Ucrania el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, aún no lo ha hecho. Ucrania también pidió a Israel un préstamo, petición a la que Tel Aviv aún no ha respondido de ninguna de las maneras. Esto es bastante humillante, especialmente para un país en guerra. Teniendo esto en cuenta, y dadas las políticas casi neutrales de los gobiernos israelíes encabezados por Bennett, Lapid y Netanyahu, la buena voluntad de Ucrania hacia Israel está bajo mínimos.
Por tanto, sólo cabe esperar un cambio gradual en Israel respecto al suministro de armas a Kiev. Sin embargo, los detalles de la visita de Cohen a Ucrania revelaron el cambio en la política israelí hacia la guerra, y su diferencia con la política de los dos gobiernos anteriores. El actual gobierno de coalición de Netanyahu se inclina hacia una posición más próxima a una de las partes beligerantes, sin alinearse plenamente con ella, lo que puede provocar desacuerdos entre Tel Aviv y la otra parte. Esta visita, un año después de la invasión rusa de Ucrania, revela las nuevas tendencias israelíes hacia esta importante cuestión internacional.
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