En una dura declaración, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel criticó la decisión de Brasil de permitir que el Iris Makran y el Iris Dena, dos buques de guerra iraníes, atracaran en Río de Janeiro entre el 26 de febrero y el 4 de marzo. Israel advirtió a Brasil de que se trataba de un paso peligroso, calificando la presencia de los buques de "hecho lamentable" y pidió al gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva que los expulsara.
Lior Haiat, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, respondió en Twitter: "Esos barcos fueron designados específicamente por Estados Unidos hace sólo unas semanas, y forman parte de la Armada iraní". Haciendo un llamamiento a Brasil para que no permita atracar a los buques, continuó: "Todavía no es demasiado tarde para ordenar a los barcos que abandonen el puerto".
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"Brasil no debe conceder ningún premio a un Estado maligno, responsable de numerosas violaciones de los Derechos Humanos contra sus propios ciudadanos, ejecutor de atentados terroristas en todo el mundo y proliferador de armamento para organizaciones terroristas en todo Oriente Medio", añadió
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This is the time to follow the steps taken by the EU, USA, Canada, Australia, Japan and many other countries, and single out the Iranian regime as what it really is: A terror entity.It is still not too late to order the ships to leave the port.
— Lior Haiat 🇮🇱 (@LiorHaiat) March 2, 2023
Anteriormente, un periódico brasileño había afirmado que la presencia de los buques de guerra iraníes podría irritar a Estados Unidos y provocar tensiones entre Brasil y Washington en un momento en que este país busca estrechar lazos con el gobierno de Lula.
Lula, que llegó al poder en enero, había sucumbido a las presiones de Estados Unidos y rechazado la petición de Irán de que los barcos atracaran en Río a finales de enero, antes de su visita a Washington para reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden. Sin embargo, una vez finalizado el viaje de Lula a Estados Unidos, se ha autorizado el atraque de los buques.En una rueda de prensa celebrada el 15 de febrero, la embajadora estadounidense en Brasil, Elizabeth Bagley, hizo un llamamiento al gobierno brasileño para que no permitiera que los dos buques de guerra iraníes atracaran en el puerto de Río. "Estos barcos han facilitado, en el pasado, el comercio ilícito y las actividades terroristas. Brasil es un país soberano, pero creemos firmemente que estos barcos no deben atracar en ningún sitio. Hasta ahora, no hay ningún otro país del hemisferio que lo haya autorizado", dijo Bagley.
El miércoles, el senador Ted Cruz pidió la imposición de sanciones a Brasilia, calificándola de "amenaza directa a la seguridad de los estadounidenses."
"La administración Biden está obligada a imponer las sanciones pertinentes, reevaluar la cooperación de Brasil con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos y reexaminar si Brasil mantiene medidas antiterroristas efectivas en sus puertos", añadió.
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Según el analista político brasileño Marcos Tenorio, la petición estadounidense es inapropiada e interfiere en los asuntos internos de Brasil. "Creo que Brasil ejerce su soberanía sobre su mar territorial y sus puertos. La petición de Estados Unidos para que Brasil despida a la Marina islámica es una injerencia impropia en sus asuntos internos".
Tenorio dice a MEMO: "Las declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel también se basan totalmente en acusaciones falsas. La presencia de barcos iraníes en puertos brasileños no supone ningún peligro para el país. Los barcos están en misión de paz con el propósito de celebrar la amistad entre Brasil e Irán, una de las más duraderas entre todas las relaciones bilaterales de Brasil."
"El presidente Lula es un político muy hábil, con amplia experiencia en la mediación de conflictos y disputas entre bandos opuestos. Desde mi punto de vista, el presidente Lula quiso enviar el mensaje de que el gobierno brasileño ha cambiado y actúa en función de los intereses estratégicos globales y regionales del país. Es Brasil quien dicta cuál será su política exterior y sus relaciones con otras naciones soberanas", añade Tenorio.
La buena relación entre Irán y Lula no es nueva. La diplomacia con Irán fue uno de los aspectos más destacados de los intentos de Lula por reforzar la posición internacional de Brasil durante sus anteriores mandatos presidenciales. En 2010, viajó a Teherán para reunirse con el entonces presidente Mahmud Ahmadineyad en su intento de negociar un acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos.
"La visita de los dos buques iraníes a Brasil forma parte de las celebraciones de los 120 años de relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países", explica Tenorio.
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