Amnistía Internacional pidió ayer a las autoridades tunecinas que dejen de utilizar su "arsenal legal" contra los activistas que "ejercen sus derechos humanos básicos, concretamente su derecho a expresar sus opiniones libre y pacíficamente", ha informado Anadolu News Agency.
"Nos preocupa el uso del arsenal legal para silenciar las voces críticas, especialmente el Decreto nº 54, que representa una amenaza para la libertad de expresión y el derecho a la intimidad", ha manifestado Amnistía.
El decreto presidencial nº 54 fue promulgado por Kais Saied el pasado septiembre. Contempla medidas para combatir los delitos contra la información y la comunicación, y estipula penas de hasta cinco años de prisión para quienes difundan noticias falsas.
La organización internacional de defensa de los derechos humanos también pidió a las autoridades tunecinas que dejaran de utilizar los tribunales militares para juzgar a los presos políticos. El 21 de enero, por ejemplo, Seifeddine Makhlouf, dirigente del Bloque de la Coalición Dignidad, fue detenido después de que un tribunal militar lo acusara de insultar a agentes de policía. El mes pasado, Amnistía declaró que Saied debía poner fin de inmediato a su "caza de brujas política". Ahora también ha pedido a las autoridades que respeten "los derechos humanos y protejan las libertades básicas de los ciudadanos de acuerdo con las normas nacionales e internacionales".
LEER: El misterioso envenenamiento de las estudiantes iraníes
Túnez vive desde el 11 de febrero una campaña de detenciones de políticos, personalidades de los medios de comunicación, activistas, jueces y empresarios. Saied acusa a algunos de ellos de "conspirar contra la seguridad del Estado y de estar detrás de la crisis de distribución de bienes y de los altos precios".
Amnistía ha afirmado que "la aceleración de la opresión en Túnez coincide con la escalada del discurso del odio y la exclusión, especialmente contra los inmigrantes del África subsahariana que viven en Túnez".
Saied pronunció un discurso el 21 de febrero que ha suscitado críticas dentro y fuera del país por el "racismo" inherente a las palabras del presidente. En respuesta, dijo: "Quien hable de discriminación racial en Túnez es un partido que busca la sedición".
En el último golpe al país, el Banco Mundial anunció el lunes la suspensión temporal de las "negociaciones de asociación con Túnez", destinadas a conceder préstamos por un total de 520 millones de dólares.