Las autoridades de ocupación israelíes demolieron ayer cuatro viviendas propiedad de familias beduinas árabes en el pueblo de Sawa, en el Néguev, con el pretexto de que habían sido construidas sin licencia, informó Arab48.
Testigos presenciales dijeron que las excavadoras de la ocupación israelí, protegidas por la policía israelí, cerraron el pueblo, obligaron a las familias a salir y demolieron cuatro viviendas.
Las fuerzas de ocupación israelíes también demolieron viviendas en los pueblos de Hadaj y Al Bat y arrancaron olivos.
La revista +972 afirmó que algunas de las familias han vivido en el pueblo desde antes de 1948, cuando se estableció el Estado de ocupación de Israel, y señaló que a varias familias se les ordenó demoler sus propias casas.
La revista israelí afirmó que las autoridades de ocupación israelíes no reconocen las dos partes del pueblo: la parte en la que los residentes llevan viviendo desde antes de que se estableciera la ocupación israelí y la parte establecida después de 1948.
Unos 300.000 árabes palestinos que viven en el Néguev han sufrido el apartheid y el racismo sistemáticos impuestos por las autoridades de ocupación israelíes, ya que sus aldeas no están reconocidas, lo que les deja sin acceso a servicios básicos.
Hay unas 51 aldeas árabes "no reconocidas" en la zona, que son constantemente objeto de demolición ante los planes de judaizar el Néguev construyendo viviendas para nuevas comunidades judías. Las excavadoras israelíes, que cobran a los beduinos, lo derriban todo, desde los árboles hasta los depósitos de agua, pero los residentes beduinos han intentado reconstruirlo siempre.
Los beduinos del Néguev deben cumplir las mismas leyes que los ciudadanos judíos israelíes. Pagan impuestos pero no disfrutan de los mismos derechos y servicios que los judíos en Israel, y el Estado se ha negado repetidamente a conectar los pueblos a la red nacional, a los suministros de agua y a otros servicios vitales.
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