Treinta y ocho países han exigido justicia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU tras la enorme explosión ocurrida en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. En una declaración conjunta emitida por Australia el martes, los firmantes expresaron su preocupación por la obstrucción e interferencia generalizadas en la investigación interna de Líbano sobre la explosión que devastó una amplia franja de la capital libanesa, mató al menos a 218 personas e hirió a otras 7.000.
"Líbano debe tomar todas las medidas necesarias para salvaguardar, en la ley y en la práctica, la plena independencia e imparcialidad del poder judicial libanés para garantizar que se lleva a cabo una investigación rápida, independiente, imparcial, creíble y transparente sobre la explosión", han manifestado los firmantes.
"La declaración conjunta emitida hoy en el Consejo de Derechos Humanos confirma el compromiso del mundo de garantizar que se haga justicia en la mortífera explosión del puerto de Beirut y demuestra que la comunidad internacional está con las familias de las víctimas y los supervivientes", ha manifestado la directora regional adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, Aya Majzoub. "También envía un mensaje claro a las autoridades libanesas de que sus vergonzosos esfuerzos por impedir y subvertir la investigación nacional no han pasado desapercibidos."
Las familias de las víctimas, los supervivientes y el pueblo de Líbano merecen justicia, verdad y reparación, añadió. "Las autoridades libanesas deben permitir urgentemente que la investigación nacional avance sin ninguna intromisión política, y garantizar que la investigación sigue siendo imparcial en todo momento".
La investigación oficial sobre la mortífera explosión se ha retrasado más de un año.