El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto ha anunciado que no acepta más solicitudes de nuevas empresas turísticas debido al excesivo número que ya existen.
Al mismo tiempo, se ha advertido a las empresas turísticas de que no cancelen reservas al acercarse la temporada alta del Ramadán, la Umrah y el Hayy.
Egipto se ha esforzado por relanzar el turismo en el país, que cayó en picado tras la Primavera Árabe, la pandemia de coronavirus
y la represión en curso por parte del Gobierno.
En 2013, los gobiernos europeos advirtieron a los turistas de que se mantuvieran alejados de los centros turísticos egipcios del Mar Rojo, ya que el país se enfrentaba a una violencia mortífera, consecuencia del golpe de Estado que derrocó al gobierno.
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Francia, Suecia y Alemania aconsejaron a sus ciudadanos que no viajaran al país. Rusia, el mayor emisor de turistas a Egipto, aconsejó a los operadores turísticos que no promocionaran las vacaciones egipcias.
En 2020, los ingresos por turismo de Egipto fueron de 4.000 millones de dólares, frente a los 13.030 millones de 2019.
En 2015, Gran Bretaña suspendió los vuelos al mar Rojo después de que un avión ruso se estrellara en Egipto y murieran las 224 personas que iban a bordo.
Un mes antes, las fuerzas de seguridad egipcias bombardearon un convoy de turistas mexicanos y murieron ocho mexicanos y cuatro egipcios.
Los analistas han afirmado que una de las formas que tiene el gobierno de atraer más turistas es el descubrimiento de diversas antigüedades, entre las que se encuentran, más recientemente, una esfinge sonriente y un túnel secreto en el interior de la Gran Pirámide de Guiza.