La Alta Autoridad Independiente de Comunicación Audiovisual de Túnez (HAICA) ha criticado la prohibición de la cobertura informativa durante la primera sesión del nuevo Parlamento tunecino, considerándola un "indicador peligroso para la realidad de la libertad de prensa" en el país.
El lunes, el recién elegido parlamento celebró su primera sesión. Sólo se permitió asistir a la sesión a los periodistas que trabajaban para la televisión estatal y la agencia oficial de noticias.
En un comunicado, la HAICA afirmó que el derecho a la información y el acceso a la misma están garantizados de acuerdo con la Constitución y las leyes.
Señaló la "importancia del papel de la supervisión de los medios de comunicación y su eficacia para sacar a la luz los abusos, incluidas las prácticas registradas en el anterior parlamento".
HAICA hizo un llamamiento a los periodistas para que "se aferren a su papel y solidaridad para garantizar su independencia y libertad en el desempeño de su trabajo y recurran a los estatutos y la ética de la profesión".
La prohibición de que los periodistas entren en el edificio del Parlamento es la primera desde la revolución que derrocó al difunto dictador Zine El-Abidine Ben Ali en 2011.
El martes, la vicepresidenta del Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos, Amira Mohamed, declaró que impedir a los periodistas realizar libremente su trabajo para cubrir la sesión inaugural del nuevo parlamento era un "ataque" a la "imagen de Túnez".
El nuevo parlamento se convocó en medio del rechazo de las fuerzas políticas a las medidas excepcionales iniciadas por el presidente Kais Saied el 25 de julio de 2021, mediante la disolución del antiguo parlamento y del Consejo Judicial, la promulgación de leyes por decreto presidencial, la aprobación de una nueva constitución mediante referéndum, y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.
La mayoría de los partidos políticos del país tacharon la medida de "golpe de Estado contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011. Por su parte, el presidente Kais Saied afirmó que sus medidas son "necesarias y legales" para salvar al Estado del "colapso total".
Varios grupos políticos y civiles rechazan la formación del nuevo Parlamento, sobre todo teniendo en cuenta que la participación electoral fue inferior al diez por ciento.
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