El patriarcado greco-ortodoxo de Jerusalén, representado por el patriarca Teófilo III, junto con el Santo Sínodo y la Hermandad del Santo Sepulcro, el clero y los fieles, han condenado el "atroz atentado terrorista" perpetrado el domingo por dos radicales israelíes durante un servicio religioso. El ataque iba dirigido contra la iglesia de Getsemaní, en la ciudad ocupada de Jerusalén, donde se encuentra la tumba de la Virgen María.
En un comunicado emitido ayer, el Patriarcado también denunció el intento de causar daños físicos al arzobispo Joachim, que dirigía el servicio, así como el ataque a uno de los sacerdotes de la iglesia. En su opinión, se trata de un "crimen atroz" en el momento de los preparativos de la Cuaresma antes de la Pascua y sus rituales tradicionales. El Sábado Santo se ha convertido en un marcador de sufrimiento estacional para los cristianos como consecuencia de las restricciones físicas impuestas por las autoridades israelíes para impedirles llegar a la Iglesia del Santo Sepulcro y ejercer el derecho de culto que Dios les ha concedido.
El patriarcado subrayó que los atentados terroristas perpetrados por grupos radicales israelíes contra iglesias, cementerios y propiedades cristianas, además de los abusos físicos y verbales contra el clero cristiano, se han convertido en algo casi cotidiano que, evidentemente, aumenta de intensidad durante las festividades cristianas. "Esta sombría situación no ha suscitado ninguna reacción apropiada, ni a nivel local ni internacional, a pesar de los llamamientos, peticiones y protestas de las Iglesias de Tierra Santa".
Los ataques contra los lugares sagrados, los bienes, el patrimonio y la identidad cristianos constituyen una violación del derecho internacional, señaló. La ley pide explícitamente la protección de los lugares religiosos de Jerusalén y subraya la necesidad de respetar el derecho humano básico a practicar libremente el culto. "Este ataque contra la Iglesia de la Tumba de la Virgen María en Jerusalén es un atroz crimen terrorista que no puede justificarse bajo ninguna circunstancia".
El Patriarcado Ortodoxo Griego hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga inmediatamente para proporcionar seguridad y protección a los cristianos de Jerusalén y a sus lugares santos, incluida la Iglesia del Santo Sepulcro, que están siendo objeto de violaciones y ataques deplorables a manos de grupos radicales israelíes. También exigió que se tomaran las medidas legales necesarias contra todos los implicados en crímenes terroristas contra cualquier lugar santo.
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