Los israelíes creen que Hezbolá y Hamás estuvieron detrás de la explosión del nudo de Megiddo, en el norte de Israel, a mediados de marzo. También crece la preocupación de que su cooperación pueda ser el inicio de la realización de más operaciones dentro de Israel, aunque las investigaciones sobre la explosión siguen en curso. Esto puede indicar un cambio en las estrategias de las partes, que hasta ahora han evitado llevar a cabo operaciones en el interior de Israel.
El atentado de Megiddo se produce después de que las relaciones entre Hezbolá y Hamás hayan mejorado en los últimos años. Hamás intenta vincular a los palestinos de la Cisjordania ocupada con los 200.000 refugiados palestinos que viven en campos de refugiados en Líbano y crear una relación que le permita coordinarse entre los tres escenarios palestinos de Gaza, Cisjordania y Líbano en la lucha contra Israel.
La bomba del cruce de Megiddo revela una conexión entre varios elementos. Su tipo y método de detonación indican que Hezbolá participó en el atentado, y tal vez incluso lo inició, aunque desde la Segunda Guerra del Líbano de 2006, el partido parece receloso de desencadenar un conflicto con Israel. Sin embargo, teniendo en cuenta la crisis política en Israel, puede haber decidido coordinarse con Hamás para actuar militarmente contra Israel, sin exponerse.
El ejército israelí y sus servicios de seguridad tienen gran interés en comprender el incidente y saber quién hizo qué, cómo, bajo las órdenes de quién y, lo que es más importante, cómo un hombre armado y cargado de explosivos consiguió infiltrarse desde Líbano hasta Israel por tierra o por aire, y si tenía ayudantes dentro, y en caso de encontrarlos, esto podría indicar que el partido y Hamás ya tienen una infraestructura común en Cisjordania. Todas estas cuestiones requieren ser examinadas y comprobar si ambas partes han decidido cooperar para llevar a cabo atentados dentro de Israel, así como en Cisjordania.
Tensiones entre Israel y Líbano en la frontera - Caricatura [Latuff/Monitor de Oriente].
Al mismo tiempo, la ocupación debe mantenerse alerta y vigilar que no se produzca un incidente multifacético que no sólo implique a Hezbolá, sino también a la rama de Hamás en el Líbano. Si este es el caso, entonces el ataque de Megiddo es quizás la última advertencia antes de que tenga lugar una guerra contra Hezbolá. Es probable que dicha guerra arrastre también a otros escenarios como la Franja de Gaza y Cisjordania, y quizá a los palestinos del 48.
Los israelíes criticaron a los servicios de seguridad tras el ataque de Megiddo, alegando que el ejército había sido advertido de una actividad inusual a lo largo de la frontera, pero desconocía los detalles.
El ataque de Megiddo reveló que Hamás y Hezbolá conocen todas las debilidades tácticas, estratégicas y sociales de Israel. Esa debilidad será vista como una oportunidad para ejercer más presión contra la ocupación hasta que se derrumbe. Esto puede obligar a Israel a seguir una nueva estrategia, con herramientas más eficaces y agresivas que restablezcan la disuasión.
Funcionarios israelíes han advertido contra la contención de la explosión de Megiddo, alegando que aumentará el alcance de las acciones de Hamás y Hezbolá desde el frente norte, porque si se dan cuenta de que ésta es la hora de oro contra Israel, aumentará su deseo de actuar contra él.
Ha pasado casi una semana desde el incidente, pero hasta ahora no se ha confirmado quién fue el responsable de enviar al pistolero y llevar a cabo el ataque, y el caso está siendo investigado conjuntamente por el ejército, el Shin Bet, la policía y el Mossad.
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Los círculos de seguridad israelíes se sienten frustrados al ver a los dirigentes de Hamás en Líbano paseándose como reyes y a sus miembros participando en todas las actividades militares. Participan en actividades de comando, desarrollo de armamento, producción de misiles de precisión, entrenamiento de fuerzas especiales, entrenamiento de francotiradores, recopilación e investigación de inteligencia, armas antitanque y operación de drones, guerra electrónica y cibernética e incursiones navales. Los israelíes calculan que hay cientos de activistas entrenándose en campamentos e instalaciones de entrenamiento en Líbano.
Los datos israelíes revelan que el objetivo de Hamás es crear múltiples escenarios, lo que supone un reto cada vez mayor para el ejército de ocupación en la frontera libanesa, sobre todo porque la construcción de la barrera fronteriza es lenta y el gobierno aún no ha transferido los fondos necesarios para su construcción ni para la instalación de sensores en las complejas zonas fronterizas.
Los cambios en el escenario libanés, según las lecturas israelíes, hacen necesario investigar las difíciles condiciones de vida de los 200.000 palestinos del país, la mayoría de los cuales viven en diez campos de refugiados desde Trípoli, en el norte, pasando por Beirut, Tiro, Sidón y hasta el valle del Líbano.
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