La Policía Metropolitana de Londres, capital del Reino Unido, ha sido declarada institucionalmente racista, misógina y homófoba en un demoledor informe dirigido por la baronesa Louise Casey.
En uno de los incidentes señalados, un agente de policía musulmán declaró que había encontrado tocino dentro de sus botas en su taquilla, pero que no se lo dijo a nadie en ese momento por miedo a represalias.
A un agente le cortaron la barba y a otro le metieron el turbante en una caja de zapatos.
A un policía negro le llamaron "mono de la entrada" y a otro le preguntaron si estaba donde estaba por ser negro.
El informe fue encargado por la Met después de que Sarah Everard fuera secuestrada en 2021, violada y asesinada por el policía Wayne Couzens.
En él se detallan las agresiones sexuales y la cultura del acoso. Se orinaba sobre el personal subalterno en las duchas como parte de una "ceremonia de iniciación".
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Según el informe, los agentes negros tienen un 81% más de probabilidades de incurrir en faltas que sus colegas blancos, y uno de cada cinco empleados de la Met declaró haber experimentado personalmente la homofobia.
Durante la ola de calor del verano pasado se estropeó un congelador y se destruyeron las pruebas que había en su interior, por lo que se archivaron supuestos casos de violación.
La baronesa Casey declaró a Radio 4 que la policía metropolitana "niega por completo" la misoginia, el racismo y la homofobia, y que ha desaprovechado múltiples oportunidades de reforma.
Casey afirmó que los equipos directivos de la Met llevan décadas negándolo y han fracasado sistemáticamente a la hora de erradicar los comportamientos discriminatorios y de acoso.
Sobre David Carrick, violador en serie y ex policía que trabajó para la Met, dijo que "hubo al menos nueve ocasiones en las que estuvo en el radar de alguien, y nadie ató cabos".
En respuesta, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, declaró: "Hoy es, sin duda, uno de los días más oscuros en la historia de nuestro servicio de Policía Met de casi 200 años".
La baronesa Casey afirmó que no había cambiado lo suficiente desde el informe Macpherson de 1999, elaborado a raíz del asesinato del adolescente negro Stephen Lawrence y en el que se concluía que la Met era institucionalmente racista.