Argelia y Francia han puesto fin a su crisis diplomática y han acordado "reforzar la cooperación mutua", según informaron el viernes las agencias de noticias. Esto se produjo tras una llamada telefónica entre los presidentes de ambos países.
El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, y el presidente francés, Emmanuel Macron, acordaron reforzar los contactos entre ambos países: "Para evitar afrontar malentendidos", anunció la presidencia francesa.
"Nuestra relación con Francia es fluctuante", dijo Tebboune a Al Jazeera el martes. "El embajador argelino volverá pronto a París".
La crisis diplomática comenzó cuando la activista argelina Amira Bouraoui huyó del país en dirección a Túnez y luego a Francia.
Bouraoui se dio a conocer en 2014 por su protesta contra el cuarto mandato del entonces presidente Abdelaziz Buteflika, y luego se involucró en el movimiento de protesta Hirak.
Bouraoui fue detenida y condenada en junio de 2020 a un año de prisión antes de que se le concediera la libertad provisional en julio del mismo año.
Este año, con la ayuda de funcionarios franceses, salió de Argelia con destino a Túnez y fue retenida el 3 de febrero cuando se dirigía a embarcar en un vuelo con destino a París. El 6 de febrero, la activista recibió ayuda para tomar un vuelo a París.
Argelia dictaminó que su viaje a Francia constituía una "exfiltración ilegal" llevada a cabo con ayuda de personal diplomático y de seguridad francés, y llamó a consultas a su embajador en París, Saïd Moussi.
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