Pakistán condenó ayer enérgicamente la incursión de las fuerzas de ocupación israelíes en la mezquita de Al Aqsa, expulsando a fieles musulmanes y violando la santidad de "uno de los lugares más sagrados para los musulmanes".
Una declaración publicada en la página oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán decía: "estos reprobables ataques a la mezquita de Al-Aqsa por parte de las fuerzas de ocupación israelíes, durante el mes sagrado del Ramadán, se han convertido en una constante en los últimos años".
"Estos actos no sólo constituyen graves violaciones del derecho fundamental a la libertad de religión o creencias del pueblo palestino, sino también una afrenta a los sentimientos religiosos de más de 1.500 millones de musulmanes de todo el mundo."
Pakistán añadió: "El uso indiscriminado de la fuerza por parte de las fuerzas de ocupación israelíes contra palestinos indefensos desafía todas las normas y leyes humanitarias y de derechos humanos."
"Al llevar a cabo las incursiones ilegales, Israel ha dado marcha atrás en su propio compromiso reciente de respetar la santidad del Ramadán".
Afirmando su "apoyo incondicional al pueblo palestino y a la causa palestina", Pakistán pidió "a la comunidad internacional que tome medidas urgentes para poner fin a las transgresiones israelíes que han sido particularmente ascendentes desde principios de este año."
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