Los indicadores apuntan a que el gobierno israelí de extrema derecha dirigido por Benjamin Netanyahu va a caer; es inevitable, dado el grado de oposición al que se enfrenta en el Estado colono-colonial. Dicha oposición se refleja en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, donde está poniendo en aprietos al gobierno de Biden debido a sus posiciones. ¿Cómo puede Washington dar cobertura diplomática y política a una supuesta democracia en la que tantos de sus ciudadanos salen a la calle para manifestar su oposición a las políticas de su gobierno? A las protestas se han añadido ahora las huelgas. Las señales no son buenas para Netanyahu.
Sin embargo, pase lo que pase con el actual gobierno de Israel, es probable que su sucesor no sea mejor en lo que respecta a la ocupación de Palestina. Los políticos de derecha, izquierda y centro en Israel son dos caras de la misma moneda sionista. Ninguno discrepará de los objetivos generales del sionismo -un Estado judío exclusivo en toda la Palestina ocupada- si quiere ser elegido. Por lo tanto, se seguirán cometiendo crímenes de guerra contra los palestinos, independientemente de quién ocupe el puesto de primer ministro.
Los extremistas de Netanyahu aprobaron la ley para permitir la ejecución de palestinos, y han cambiado la ley de "retirada" para permitir a los colonos volver a los asentamientos ilegales una vez abandonados en el corazón de la Cisjordania ocupada. Han ampliado la actividad de los asentamientos ilegales y han aumentado su apoyo a los proyectos de judaización en Cisjordania y Jerusalén. El ejército y la policía protegen a los colonos extremistas, incluso cuando atacan y matan a palestinos y destruyen sus hogares. El gobierno no tiene ninguna intención de alcanzar la paz e ignora los esfuerzos internacionales en este sentido, así como los llamamientos a detener la actividad de los asentamientos.
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En lugar de liquidar la causa palestina y violar los derechos legítimos del pueblo palestino, cualquier solución al conflicto en Palestina sólo puede resolverse mediante soluciones políticas que pongan fin a la ocupación, restauren los derechos del pueblo palestino y establezcan un Estado independiente en las fronteras de 1967, con Jerusalén como capital, sobre la base de las resoluciones internacionales y el derecho internacional.
Dada la actual crisis política dentro de Israel con el crecimiento de la oposición, la brújula política apunta ahora al presidente estadounidense Joe Biden para que realice los cambios necesarios. ¿Podrá hacerlo? Cualquier solución política propuesta por la Casa Blanca o por cualquier otra persona que ignore los derechos palestinos y el establecimiento de un Estado independiente de Palestina será rechazada. El mundo exterior debe comprender la catastrófica realidad en la que se está obligando a vivir a los palestinos.
Los intentos israelíes de imponer una nueva realidad por la fuerza al pueblo palestino son delirantes y están destinados al fracaso. La base de la lucha contra la ocupación es la soberanía nacional y la tierra. El pueblo palestino quiere liberar su tierra, construir instituciones nacionales integrales y tener el control total de sus recursos y pasos fronterizos. En otras palabras, quieren un Estado independiente, viable y funcional, como es su derecho. Además, pretenden poner fin a todas las manifestaciones de la ocupación del territorio palestino.
Este artículo apareció por primera vez en Addustour el 28 de marzo de 2023
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