El Comité Islámico-Cristiano de Apoyo a Jerusalén y sus Santuarios pidió ayer a los signatarios internacionales de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949 y de la Convención de La Haya de 1954 "que asuman sus obligaciones a la hora de exigir responsabilidades a las autoridades israelíes por continuar sus crímenes contra la mezquita de Al-Aqsa y todos los lugares religiosos islámicos y cristianos".
El comité afirmó en un comunicado que la "continua agresión de Israel contra el pueblo palestino y el desafío a las resoluciones internacionales" constituían un "crimen de guerra de acuerdo con las leyes internacionales de derechos humanos".
"El hecho de que Israel impida a los ciudadanos palestinos realizar sus oraciones en Al-Aqsa es una violación flagrante de todas las leyes internacionales y humanitarias", reiteró el comité.
El hecho de que la comunidad internacional ignore los crímenes israelíes ha permitido a la ocupación eludir el castigo y seguir cometiendo tales crímenes", añadió.
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