El Comité Presidencial Superior para Asuntos de la Iglesia condenó ayer el ataque de Israel contra monjes, clérigos y otros fieles cristianos que participaban en las celebraciones del Sábado Santo en la Jerusalén ocupada, calificándolo de "violación" del derecho internacional.
"Desde hace días, la policía israelí amenaza con imponer un cierre en la Ciudad Santa y pide a las iglesias que reduzcan el número de participantes y de personas autorizadas a entrar en la iglesia del Santo Sepulcro", declaró Ramzi Khoury, responsable del comité.
"Desde esta mañana, la policía israelí está transformando la ciudad en un cuartel militar, y se han desplegado barreras en todas las entradas y alrededor de la Iglesia del Santo Sepulcro".
Khoury subrayó que a Israel no le importan las leyes internacionales que garantizan la libertad de culto y la práctica sin trabas de los rituales religiosos.
"Los ataques contra cristianos de hoy [sábado] se producen en el mismo contexto que los ataques contra fieles musulmanes en la mezquita de Al Aqsa", afirmó Khoury.
"Ha quedado claro que al gobierno de ocupación israelí no le preocupa lograr la calma, sino que está interesado en la escalada y la violencia, trabajando con todos sus medios para provocar los sentimientos de los fieles musulmanes y cristianos", añadió.
Khoury instó a la comunidad internacional y a las instituciones de derechos humanos a tomar medidas inmediatas contra la violación por Israel de la santidad de los lugares sagrados, y a poner fin a los crímenes israelíes contra el pueblo palestino.
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