El Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán declaró que los enfrentamientos armados entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido son un asunto interno que debe dejar que resuelva el pueblo sudanés, al margen de injerencias internacionales.
En un comunicado emitido ayer, el ministerio afirmó que el comandante del ejército Abdel Fattah Al-Burhan ha ordenado la disolución de las Fuerzas de Apoyo Rápido, calificándolas de "grupo rebelde".
Jartum dijo que agradecía los esfuerzos de mediación de los países árabes y africanos y de la comunidad internacional para ayudar a calmar la situación en el país.
El Ministerio de Asuntos Exteriores sudanés añadió que los "desafortunados acontecimientos" que comenzaron el sábado "fueron el resultado de la rebelión de las Fuerzas de Apoyo Rápido contra las Fuerzas Armadas Sudanesas en varias localidades de la capital y algunas otras ciudades, tras el ataque a la residencia del jefe del Consejo de Soberanía de Transición en la casa de huéspedes vecina a la Comandancia General de las Fuerzas Armadas".
Señaló que el ataque tuvo lugar el mismo día de la reunión prevista entre el presidente y comandante en jefe del Consejo de Soberanía, Abdel Fattah Al-Burhan, y el comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Mohamed Hamdan Dagalo, "lo que indica malas intenciones por parte de las FDR".
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"En consecuencia, las fuerzas armadas respondieron para derrotar el ataque y expulsar a las Fuerzas de Apoyo Rápido de las inmediaciones de la Comandancia General, así como de otras sedes que las fuerzas rebeldes han intentado tomar, como el Palacio Republicano, el aeropuerto de Jartum y la sede de la Corporación de Radio y Televisión", añadió.
La declaración del ministerio también indicaba que todas las mediaciones nacionales, regionales e internacionales que intentaban persuadir al Mando de Apoyo Rápido, dirigido por Dagalo, para que se integrara en las fuerzas armadas habían fracasado, debido a la "intransigencia" de los líderes del grupo.
Anteriormente, el lunes, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) decidió enviar a Sudán a los presidentes de Kenia, William Ruto, de Sudán del Sur, Salva Kiir, y de Yibuti, Ismail Omar Guelleh, para reconciliar a los grupos.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y su homólogo británico, James Cleverly, pidieron el "cese inmediato" de la violencia y la vuelta a las conversaciones pacíficas.
Egipto, por su parte, ha dicho que está dispuesto a desempeñar el papel de mediador.