El Departamento de Estado de Estados Unidos condenó ayer la detención en Túnez del ex presidente del Parlamento Rached Ghannouchi, el cierre de la sede de su partido y la prohibición de las reuniones celebradas por grupos de la oposición.
En un comunicado, Estados Unidos declaró: "Las detenciones por parte del gobierno tunecino de opositores y críticos políticos son fundamentalmente contrarias a los principios que los tunecinos adoptaron en una constitución que garantiza explícitamente la libertad de opinión, pensamiento y expresión". "La obligación del gobierno tunecino de respetar la libertad de expresión y otros derechos humanos es mayor que la de cualquier individuo o partido político, y es esencial para una democracia vibrante y para la relación entre Estados Unidos y Túnez."
El movimiento Ennahda había anunciado que Ghannouchi había sido detenido el lunes por una unidad de seguridad que asaltó su domicilio en la capital y se lo llevó a un "lugar desconocido", antes de anunciar que estaba siendo interrogado en un cuartel de seguridad de la capital. Según su familia, no se le permitió reunirse con su abogado ni que éste estuviera presente durante el interrogatorio.
Un día después, las fuerzas de seguridad allanaron las oficinas de Ennahda, las desalojaron, las cerraron y prohibieron todas las reuniones del partido Ennahda y del Frente de Salvación Nacional en todo el país.
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