Las fuerzas de seguridad tunecinas cerraron ayer la sede del Movimiento Ennahda un día después de detener al líder del partido, Rached Ghannouchi.
Riadh Chaibi, dirigente del partido, declaró: "Una fuerza de seguridad entró en la sede principal del partido, pidió a los presentes que salieran y la cerró".
Y continuó: "otras fuerzas de seguridad también cerraron todas las oficinas del partido en todo el país e impidieron que se celebraran reuniones".
El Ministerio del Interior ha prohibido todas las reuniones del partido Ennahda y del Frente de Salvación Nacional en todo el país a partir de ayer, según un documento publicado por medios de comunicación gubernamentales.
El movimiento Ennahda había anunciado que Ghannouchi había sido detenido por una unidad de seguridad que asaltó su domicilio en la capital y se lo llevó a un "lugar desconocido", antes de anunciar que estaba siendo interrogado en un cuartel de seguridad de la capital. Según su familia, no se le permitió reunirse con su abogado ni que éste estuviera presente durante el interrogatorio.
LEER: Erdogan afirma "estar dispuesto a apoyar la estabilidad y la paz en Sudán"
Los medios de comunicación locales, citando a una fuente no identificada del Ministerio del Interior, informaron de que la decisión de detener a Ghannouchi había sido tomada por la Autoridad Judicial Antiterrorista de Túnez por cargos de "incitación". Sin embargo, no ha habido ninguna declaración oficial sobre el motivo de la detención de Ghannouchi.
En un discurso pronunciado ayer con motivo de la fundación de las fuerzas de seguridad interna, el Presidente Kais Saied declaró: "Estamos aplicando la ley, todas sus normas y todos los procedimientos que estipula. No queremos oprimir a nadie, ni dejar al Estado como presa".
Pidió al poder judicial "que desempeñe su papel" en esta fase "para que pueda responder a las expectativas de los tunecinos."
Ghannouchi es uno de los opositores más destacados de Saied. El presidente tunecino monopoliza el poder en el país desde 2021, cuando suspendió las actividades del anterior Parlamento y destituyó al primer ministro.
Sus opositores le han acusado de una caza de brujas contra ellos, afirmaciones que él refuta. Sin embargo, desde febrero han sido detenidas al menos 20 personas, en su mayoría miembros de la oposición pertenecientes al partido Ennahda y sus aliados, así como el influyente empresario Kamel Eltaief y el director de una importante emisora de radio privada.
El presidente Saied calificó a los detenidos de "terroristas" y los acusó de "conspirar contra la seguridad interior y exterior del Estado".
Las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos consideraron esta campaña de detenciones un "intento deliberado de reprimir a la oposición, especialmente las críticas dirigidas al Presidente", e instaron a Saied a "poner fin a esta campaña de motivación política".
La oposición acusa a Saied de aprovecharse del poder judicial para eliminar a sus oponentes políticos, pero Saied insiste repetidamente en que "el poder judicial es independiente" en su país.