Maher Medhioub, asesor de medios de comunicación del líder del movimiento tunecino Ennahda, informó del traslado de Rached Ghannouchi al hospital.
Confirmó a Al-Quds Al-Arabi el deterioro del estado de salud de Ghannouchi horas después de su detención, y el registro de su domicilio en la capital, considerando al presidente Kais Saied "plenamente responsable de la amenaza inminente que pesa sobre la vida de Ghannouchi".
Por su parte, Ahmed Najib Chebbi, líder del Frente de Salvación Nacional, confirmó que las fuerzas de seguridad impidieron al Frente celebrar una rueda de prensa sobre la detención de Ghannouchi.
En declaraciones radiofónicas, declaró: "se han presentado cargos de terrorismo contra Ghannouchi por expresar una opinión, y lo ocurrido ayer y hoy indica el colapso de las libertades". Consideró que el país atraviesa circunstancias extraordinarias, y pidió a la élite tunecina que se enfrente a lo que describió como la "máquina de opresión" que no perdonará a nadie.
Y añadió: "Ghannouchi no amenazó con una guerra civil, sino que hizo un llamamiento a la reconciliación, la unidad nacional y el diálogo. Hoy se encuentra detenido por expresar una opinión, lo que no es razonable, teniendo en cuenta su edad y su estatus. Es el líder de un Parlamento elegido y del mayor partido de Túnez, amado por quienes le quieren y odiado por quienes le odian".
Las autoridades tunecinas detuvieron a Ghannouchi el lunes por la noche, registraron su domicilio y cerraron todas las sedes del Movimiento Ennahda en Túnez, lo que algunos consideraron el preludio de la disolución del mayor partido de la oposición del país.
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