Amnistía Internacional pidió ayer a las autoridades libanesas que "detengan inmediatamente la deportación de refugiados a Siria... ante el temor de que los refugiados sirios corran peligro de sufrir tortura o persecución a manos del gobierno sirio a su regreso".
El llamamiento de la organización se produce después de que la semana pasada decenas de refugiados sirios fueran deportados sumariamente tras redadas domiciliarias en medio del creciente sentimiento antisirio, exacerbado por la crisis económica.
"Ningún refugiado debe ser devuelto a un lugar donde su vida corre peligro", ha declarado la directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, Aya Mazjoub.
Cientos de miles de sirios huyeron a Líbano tras el estallido de la guerra civil en 2011 y la represión de las protestas contra el régimen.
Según las autoridades, hay unos dos millones de refugiados sirios en Líbano, de los cuales unos 830.000 están registrados en Naciones Unidas.
En su informe, Amnistía se refiere a la expulsión de decenas de refugiados que entraron ilegalmente en Líbano o que tenían documentos de residencia caducados, tras las redadas del ejército libanés en sus domicilios.
Amnistía se basó, en particular, en el testimonio de Mohammed, hermano de uno de los refugiados expulsados, quien declaró a Amnistía que "el ejército libanés condujo a los refugiados directamente a la frontera y los entregó al ejército sirio".
Aya Mazjoub declaró: "Es sumamente alarmante ver cómo el ejército decide el destino de los refugiados, sin respetar las garantías procesales ni permitir que quienes se enfrentan a la deportación impugnen su expulsión ante los tribunales o busquen protección."
"En lugar de vivir con miedo tras escapar de las atrocidades cometidas en Siria, los refugiados que viven en Líbano deberían estar protegidos frente a redadas arbitrarias y deportaciones ilegales", añadió.
Desde que el régimen de Damasco recuperó el control de la mayor parte del territorio sirio, algunos países de acogida han intentado deportar a los refugiados, alegando un relativo fin de las hostilidades.
Las organizaciones de derechos humanos afirman que algunos refugiados han sufrido persecución, y rechazan la idea de que sea seguro para ellos regresar.
Líbano ha realizado anteriormente varios intentos que se describieron como un retorno voluntario de ciudadanos sirios a su país. Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos consideran que se trata de un retorno forzoso.
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