Organizaciones de derechos humanos pidieron ayer a las autoridades saudíes que proporcionen detalles sobre el estado de salud del activista Mohammed Al-Qahtani, encarcelado desde hace años por cargos como "conspirar contra el Estado".
Amnistía Internacional, Human Rights First, la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) y la Fundación de Derechos Humanos (HRF) afirmaron en una declaración conjunta que Al-Qahtani, cofundador de la ya disuelta Asociación Saudí de Derechos Civiles y Políticos (ACPRA), lleva seis meses incomunicado y señalaron que su salud corre peligro de muerte.
La declaración también pedía "la liberación inmediata e incondicional de cuatro miembros de la ACPRA que permanecen detenidos arbitrariamente".
Las organizaciones acusaron a las autoridades saudíes de no haber puesto en libertad a Al-Qahtani "el 22 de noviembre de 2022, cuando terminó de cumplir su condena de prisión". Sin embargo, desde el 24 de octubre de 2022, las autoridades saudíes le han negado todo contacto con su familia y continúan manteniéndolo recluido en régimen de incomunicación."
La familia de Al-Qahtani, que intentó en vano preguntar por él en la prisión de Al-Ha'ir, cree que "ha iniciado una huelga de hambre y su salud se ha deteriorado considerablemente, poniendo su vida en peligro inminente".
La declaración pide a las autoridades que "revelen la suerte y el paradero de Mohammed al-Qahtani, garanticen el contacto inmediato con su familia y le proporcionen la atención médica que pueda necesitar."
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El pasado noviembre, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Mary Lawlor, expresó su preocupación por la suerte de Al Qahtani: "Me preocupan los informes según los cuales su familia ha perdido la comunicación con Mohammad Al-Qahtani desde el 23 de octubre de 2022, tras presentar una denuncia por agresiones contra él por parte de otros reclusos".
Lawlor confirmó que las autoridades saudíes le acusaron de proporcionar supuestamente información falsa a fuentes externas, incluidos los mecanismos de derechos humanos de la ONU, y señaló que Al-Qahtani protestó varias veces por los malos tratos que recibía en la prisión de Al-Ha'ir.
Las autoridades saudíes disolvieron la asociación fundada por Al-Qahtani y sus colegas en 2013, y ese mismo año fue condenado a diez años de prisión por conspiración contra la seguridad del Estado e incitación al caos y la desobediencia, a lo que siguió la prohibición de viajar durante el mismo periodo.
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