Turquía arremetió el lunes contra las declaraciones del presidente estadounidense, Joe Biden, sobre los sucesos de 1915 entre Turquía y Armenia.
"Otro intento más de los charlatanes políticos de tergiversar la historia. Las declaraciones políticas no pueden cambiar los hechos.
"Los que insisten intencionadamente en sus errores están destinados a ser recordados como hipócritas. Nadie se atreverá a darnos lecciones sobre nuestra historia", declaró en Twitter el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu.
Por separado, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco rechazó las declaraciones de los responsables gubernamentales de algunos países, afirmando que Ankara las considera "nulas y sin valor", y condenó en los términos más enérgicos a aquellos "que persisten en este error."
"Las desafortunadas declaraciones que son incompatibles con los hechos históricos y el derecho internacional en relación con los acontecimientos de 1915 son esfuerzos inútiles destinados a reescribir la historia por motivos políticos", dijo el ministerio en un comunicado, añadiendo que Turquía no necesita que nadie le dé lecciones sobre su propia historia.
Añadió que "los acontecimientos de 1915 no pueden definirse según las agendas personales de los políticos y sus consideraciones políticas internas."
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La declaración decía además: "tal enfoque sólo puede conducir a la distorsión de la historia. Quienes insistan en este enfoque sesgado pasarán a la historia como políticos oportunistas sin valor".
Ankara también instó a aquellos que pretenden derivar animosidad de la historia por consideraciones políticas superficiales a apoyar la propuesta de la comisión conjunta de historia y los esfuerzos de paz y cooperación regional liderados por Turquía en lugar de repetir tales "graves" errores.
La posición de Turquía sobre los acontecimientos de 1915 es que la muerte de armenios en Anatolia oriental se produjo cuando algunos se pusieron del lado de los invasores rusos y se rebelaron contra las fuerzas otomanas. El posterior traslado de armenios causó numerosas víctimas.
Turquía se opone a la presentación de los incidentes como "genocidio", describiéndolos como una tragedia en la que ambas partes sufrieron bajas.
Ankara ha propuesto en repetidas ocasiones la creación de una comisión conjunta de historiadores turcos y armenios, así como de expertos internacionales, para abordar la cuestión.
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