Un hospital central en la gobernación de Sfax, Túnez, se encuentra saturado y ya no puede recibir más cadáveres de inmigrantes clandestinos que perecieron en su travesía hacia las costas italianas, según informó un portavoz judicial a la Agence France-Presse (AFP). Fawzi Al-Masmoudi, portavoz oficial del Tribunal de Sfax, indicó que la capacidad del hospital Habib Bourguiba es de cuarenta o cincuenta cadáveres como máximo, pero que el número de cuerpos ha superado los doscientos, lo que ha creado un problema sanitario.
La zona de Sfax asiste a numerosas operaciones de salida de emigrantes tunecinos y de países del África subsahariana hacia las costas europeas, especialmente las italianas, y las autoridades locales de la gobernación han enterrado treinta cadáveres la semana pasada. Continúan las operaciones diarias para reducir la presión sobre el hospital. Las autoridades sanitarias y municipales entierran los cadáveres en cementerios después de realizar análisis de ADN y documentarlos con números, debido al gran número de cadáveres que flotan y llegan a la orilla, y se desconocen sus identidades y los ahogamientos a los que pertenecen.
El Foro Tunecino para los Derechos Económicos y Sociales (FTDES), organización de seguimiento de las cuestiones migratorias en Túnez, ha documentado al menos 220 víctimas, entre fallecidos y desaparecidos, desde principios de año hasta el 24 de abril. Más del 78% de las operaciones de navegación de migrantes se producen en las provincias de Sfax y Mahdia.
El portavoz de la FTDES, Ramadan Ben Omar, afirmó a la AFP que las autoridades locales se comprometieron el año pasado a asignar un cementerio específico para los cadáveres de migrantes, pero no se ha completado porque buscan constantemente la solución de asignar un cementerio para los cadáveres de migrantes con el pretexto de que no son musulmanes. Anteriormente, la Guardia Nacional tunecina anunció que había rescatado o interceptado a 14.406 personas durante los tres primeros meses del año, de las que 13.138 pertenecían al África subsahariana, mientras que el resto eran tunecinos.
Túnez, cuyas costas están a menos de 150 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, registra regularmente intentos de emigrantes, la mayoría de ellos pertenecientes a países del África subsahariana, de salir ilegalmente hacia las costas italianas. El ritmo de los intentos migratorios ha aumentado tras un discurso en el que el presidente tunecino, Kais Saied, criticó duramente el fenómeno de la migración ilegal y la afluencia de migrantes a su país, la mayoría de los cuales proceden de países del África subsahariana.