La participación de Rusia en el acuerdo sobre cereales del Mar Negro, que expira a finales de este mes, se basa en el reconocimiento de la importancia de Turquía como socio, más que en la búsqueda de sus propios intereses, según un investigador, informa la agencia de noticias Anadolu.
"Rusia no necesita realmente este acuerdo (de cereales) para sí misma. ¿Por qué lo hace? Porque Turquía es un socio importante de Rusia", declaró a Anadolu Daria Isachenko, investigadora de las relaciones entre Turquía y Rusia en el Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, con sede en Berlín.
Así pues, el acuerdo debe considerarse como un asunto dentro de la relación entre Ankara y Moscú, dijo Isachenko, subrayando que Rusia entendía que beneficiaba a Turquía, más que a Rusia.
Los dos países, así como Ucrania y la ONU, firmaron el pasado julio en Estambul un acuerdo para reanudar las exportaciones de grano desde tres puertos ucranianos del Mar Negro, que se interrumpieron tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022, lo que agravó la inseguridad alimentaria mundial.
Isachenko subrayó que la geografía de Turquía la convertía en un actor natural en el asunto del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Sin embargo, afirmó que su papel no era el de equilibrista entre Moscú y Kiev. Más bien, Ankara está equilibrando entre "la disuasión y el diálogo hacia Rusia, porque Rusia es un vecino importante con una gran cantidad de tierra y la historia."
"No se trata sólo de la preocupación por Ucrania, sino que también se puede ver esto en Oriente Medio, en el Cáucaso", dijo el investigador, señalando la importancia de la cooperación para cada parte. "Pero siempre está el elemento disuasorio, porque al fin y al cabo Turquía es miembro de la OTAN y esto también se toma en serio dentro de Rusia".
El Ministerio de Asuntos Exteriores turco caracteriza los lazos con Rusia con una cooperación sobre una base bilateral, pero marcada por una seria prueba debido a las actividades militares relacionadas con la crisis siria que comenzó en 2011.
Sin embargo, afirma que las relaciones experimentaron un proceso de normalización por deseo mutuo de ambas partes, habiéndose restablecido el diálogo político desde la segunda mitad de 2016.
En cuanto a la reconstrucción de la paz regional, Isachenko subrayó que no podría lograrse sin la implicación de todos los países del Mar Negro, incluida Turquía.
Aunque entre estas naciones también se incluyen las que no tienen costa en el Mar Negro, pero son "actores" en la región, dijo que no se podía descartar a los Estados ribereños.
"No se puede ignorar a los Estados ribereños del Mar Negro, incluidos Turquía y Rusia, y su visión del Mar Negro".
Turquía, elogiada internacionalmente por su singular papel de mediadora entre Ucrania y Rusia, ha pedido reiteradamente a Kiev y Moscú que pongan fin a la guerra mediante negociaciones.