El régimen sirio de Bashar al Assad ha estado utilizando a su personal y a operativos de inteligencia a través de sus embajadas en el extranjero para recopilar informes sobre la diáspora siria, según ha revelado un nuevo informe.
Según el Centro Sirio para la Justicia y la Rendición de Cuentas (SJAC, por sus siglas en inglés), citando 14.108 páginas de 483.000 documentos clasificados que recopiló entre 2013 y 2015 de instalaciones estatales sirias abandonadas, el régimen sirio ha exigido al personal de embajadas y de inteligencia en países que van desde Egipto hasta Japón que recopilen informes sobre los ciudadanos que viven en el extranjero.
La información recopilada sobre ellos incluye detalles sobre las familias en su país de origen, la participación de los activistas en reuniones políticas e incluso la asistencia a mezquitas. Confirma las sospechas que desde hace tiempo tienen los sirios en el extranjero de que su gobierno seguía espiándoles a ellos y a sus familias a través de las embajadas en sus países de acogida.
Al parecer, los documentos analizados muestran comunicaciones entre embajadas y departamentos de inteligencia en las que se solicita información sobre personas supuestamente vinculadas al activismo político, junto con sus familias.
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Un documento, por ejemplo, revela una carta del jefe sirio de la Dirección de Seguridad Política a los jefes de las ramas locales de inteligencia, pidiendo información sobre "incitadores" que viven en Francia, Bélgica, Turquía, Rusia y Líbano.
"Hemos recibido una lista de la Dirección de Seguridad Nacional que incluye los nombres de los instigadores de fuera del país, entre los que se encuentran los siguientes...", decía. "Rogamos nos faciliten la información que tengan sobre cualquiera de los nombres mencionados para que podamos tomar las medidas necesarias contra ellos".
El informe del SJAC afirmaba que la revelación debería servir de advertencia a los gobiernos extranjeros y a los países de acogida de refugiados sirios para que no restablezcan lazos con el régimen de Assad ni reabran embajadas sirias en su territorio, ya que probablemente provocaría la intimidación de activistas en el extranjero y amenazaría su seguridad y la de sus familias.
"La vigilancia en el extranjero es un pilar de la política exterior del Estado sirio y se ve facilitada por una red coordinada de personal de embajadas, fuentes de inteligencia y agencias de seguridad", afirmaba el informe. "Con muchos gobiernos regionales e internacionales clamando por el regreso de los refugiados sirios, la documentación presentada en este informe ofrece pruebas claras de las amenazas a las que se enfrentan a su regreso: el gobierno sirio ha acumulado información sustancial sobre el activismo de la oposición en el extranjero y tiene un historial de uso de dicha información para reprimir la disidencia sin piedad."