La resistencia palestina de la Franja de Gaza decidió tomar represalias por el "asesinato" israelí del jeque Khader Adnan tras 86 días de huelga de hambre en las cárceles de la ocupación israelí. En una declaración conjunta, afirmaron que "convertirían la luz del día de la ocupación en oscuridad". Después, por la mañana, dispararon tres cohetes contra los asentamientos israelíes del sur de Israel.
Inmediatamente, el gabinete de seguridad israelí encabezado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, se reunió y decidió tomar represalias, pero la Resistencia palestina hizo caso omiso de las amenazas israelíes y disparó más cohetes hacia los asentamientos ilegales israelíes, paralizando la vida de los colonos judíos, que corrieron a refugiarse.
La Resistencia Palestina, incluidas todas las facciones palestinas, siguió disparando cohetes, lo que provocó la ira de los israelíes por la intensidad del fuego y la tardanza de la respuesta. Por la noche, como de costumbre, el ejército israelí lanzó una serie de ataques aéreos y bombardeos de artillería contra varias granjas y zonas vacías de la asediada Franja de Gaza, causando un muerto y cinco heridos entre la población civil.
Más tarde, se reveló que Israel había participado en conversaciones de alto el fuego con las facciones palestinas a través de Egipto, Qatar y Naciones Unidas antes del inicio de su respuesta a los cohetes palestinos. Después, para persuadir a sus ciudadanos de que sigue manteniendo la disuasión contra la Resistencia palestina, Israel afirma que las granjas y zonas vacías atacadas son fábricas de armas. Sin embargo, la zona más militarizada de estos objetivos es una base de entrenamiento con un aseo e instalaciones de una o dos habitaciones.
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Lo ocurrido refleja claramente la erosionada disuasión israelí contra la Resistencia palestina en Gaza. El periodista israelí Meron Rapaport me dijo que la razón de la débil respuesta israelí al lanzamiento de más de 100 cohetes palestinos es que Israel y la Yihad Islámica "no quieren una guerra ahora".
Cada vez que Israel lanza una ofensiva sobre Gaza, la inicia y agrava la situación, y la resistencia palestina provoca sus represalias. A los palestinos de la asediada Franja de Gaza nunca les ha hecho gracia una guerra con Israel porque saben que Israel es una potencia nuclear, cuenta con el respaldo de Estados Unidos y de la comunidad internacional y no tiene ninguna ética bélica.
Ron Ben-Yishai, un veterano corresponsal de guerra israelí, escribió a Ynet news que Israel no quería una gran ofensiva en Gaza, por temor a la reacción internacional. "Una gran operación israelí en Gaza o incluso una importante campaña de bombardeos allí ayudaría a los palestinos a arrastrar a Israel al Consejo de Seguridad de la ONU para que se produjeran condenas apoyadas por Rusia, China y quizá incluso Estados Unidos".
También esperaba que el gobierno israelí optara por una respuesta limitada a los cohetes lanzados desde Gaza debido a la muerte del jeque Khader Adnan en las cárceles israelíes. Escribió que el gobierno israelí habría pensado que esto sería suficiente para la falta de respaldo internacional a una gran ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza.
Al igual que muchos escritores israelíes, Ben-Yishai se refirió a la división interna en Israel, resultado de la revisión judicial prevista por el gobierno de Netanyahu. Los analistas y escritores israelíes esperaban que el público y los funcionarios israelíes esperaran que Netanyahu hubiera trabajado para distraerlos de sus planes de debilitar el poder judicial mediante una ofensiva a gran escala en Gaza.
"Si Netanyahu ordenara una ofensiva militar a gran escala, se le acusaría de intentar acallar la oposición pública a él que ha llevado a cientos de miles de israelíes a manifestaciones semanales durante más de 17 semanas y podría incluso hacer que los reservistas se negaran a presentarse cuando se les convocara", Ben-Yishai.
Varios escritores israelíes afirmaron que la división política y social interna es una de las razones más eficaces que empujaron a Netanyahu a no emprender una gran ofensiva en Gaza, refiriéndose a la desconfianza entre los generales y los mandos del ejército y los servicios de inteligencia. Citaron las protestas generalizadas entre los distintos rangos del ejército contra las reformas judiciales previstas por Netanyahu.
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Si los árabes de Israel se sublevaran contra Netanyahu en protesta por su posible ataque a Gaza como ocurrió en 2021, Netanyahu tendría suficiente confianza en Ben-Gvir como para que éste no pudiera dirigir a la policía disuadiendo las protestas. Se acusa a Ben-Gvir de provocar enfrentamientos con los palestinos.
La corresponsal militar de Israeli Hayom, Lilach Shoval, atribuyó la falta de una acción enérgica contra Gaza a la pérdida de apoyo regional, pues los dirigentes de Oriente Medio, que solían pedir el consentimiento de Israel para que les abriera la puerta de la Casa Blanca, ya no están interesados en absoluto en Estados Unidos.
"Los actores regionales ya han llegado a la conclusión de que Oriente Medio no es una prioridad absoluta para el actual inquilino de la Casa Blanca, que está deseando seguir adelante con la extracción de Estados Unidos. El hecho de que Arabia Saudí haya optado por hacer las paces con Irán demuestra que también ella comprende que EE.UU. no aportará la solución respecto a Teherán. A Israel le preocupa que los países que han forjado públicamente relaciones en el marco de los Acuerdos de Abraham con el Estado judío sigan a Arabia Saudí y se vuelvan hacia el Este", declaró Shoval.
Israel atraviesa actualmente numerosas crisis políticas, sociales, económicas y militares que hacen que este momento no sea el ideal para llevar a cabo un enfrentamiento a gran escala con la Resistencia palestina. No está claro cuándo llegará el momento ideal, ya que las crisis de Israel han ido de mal en peor sin que se vea ninguna luz al final del túnel.
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