El 11 de mayo del año pasado, la vida de la familia Abu Akleh cambió para siempre.
Ese fue el día en que Shireen Abu Akleh, periodista de Al Jazeera muy respetada por su amplia cobertura de Palestina e Israel, recibió un disparo en la cabeza mientras informaba sobre una incursión militar israelí en la ciudad ocupada de Yenín, en Cisjordania.
Cuando se conoció la noticia y los canales de televisión de todo el mundo emitieron imágenes de los últimos momentos de Shireen, su familia se vio obligada a enfrentarse a la realidad más amarga y a una pérdida monumental.
"Fue muy impactante. Nunca podrías imaginar algo así", declaró a Anadolu su hermano mayor, Anton, en una videollamada previa al primer aniversario de la muerte de la periodista palestina.
"Fue un día muy perturbador y triste. Yo estaba fuera y no me lo podía creer hasta que llegué a Jerusalén. Fue muy doloroso".
Durante el último año, Anton y su familia han intentado hacer dos de las cosas más difíciles a la vez: curarse de una tragedia personal desgarradora y buscar justicia para alguien a quien amaban profundamente.
"Fue muy duro. Hemos perdido a una hermana muy querida. Era un pilar muy fuerte en la familia, nos apoyaba a mí y a mis hijos. Nos apoyaba mucho", dijo Anton, siete años mayor que Shireen, con la que creció en Jerusalén.
"Somos una familia pequeña y todos estábamos muy mal mental y físicamente. Perder a Shireen tuvo un impacto muy negativo en todos nosotros".
'Todos los hechos apuntan a los israelíes'Lidiar con el dolor es una lucha continua, al igual que su búsqueda de justicia.
Para esta última, sin embargo, Anton y la familia Abu Akleh tienen claro a quién responsabilizan de la muerte de Shireen.
LEER: Bolígrafos y cámaras tras las rejas: la persecución del periodismo en Egipto
"Todos los hechos apuntan a los israelíes, a los soldados que estaban presentes en ese momento", dijo Anton.
"Todas las pruebas demuestran que la atacaron. Shireen llevaba su chaleco antibalas; su casco tenía escrito prensa en ambos lados. Estaba con los medios de comunicación, con la prensa, con sus colegas y, sin embargo, dispararon 16 balas contra Shireen. Incluso dispararon al joven que intentó ayudar a Shireen".
Anton y la familia Abu Akleh no son los únicos que hacen esta afirmación.
Al Jazeera, la organización de noticias donde Shireen pasó 25 años, ha llegado a la misma conclusión, al igual que las investigaciones de un grupo de expertos de la ONU y otros grupos de derechos humanos.
Tanto la familia Abu Akleh como Al Jazeera se han dirigido a la Corte Penal Internacional para que investigue el asesinato de esta ciudadana estadounidense de 51 años, natural de Jerusalén.
Las autoridades israelíes han refutado las acusaciones, afirmando inicialmente que fue alcanzada durante el fuego cruzado entre palestinos y el ejército israelí.
Un informe militar israelí publicado posteriormente, en septiembre, afirmaba que "no era posible determinar inequívocamente el origen de los disparos", pero admitía que existía "una alta posibilidad" de que Shireen hubiera sido "alcanzada accidentalmente" por soldados israelíes.
Sin embargo, el informe reiteraba que "otra posibilidad" era que Shireen "fuera alcanzada por balas disparadas por pistoleros palestinos armados".
Como ha hecho sistemáticamente durante el último año, Antón se apresuró a rechazar las afirmaciones israelíes.
"No hubo intercambio de disparos entre los militantes (palestinos) y el ejército de ocupación israelí. No hubo intercambio de disparos ni motivo para disparar. Sabían lo que hacían. Y creo, basándome en estos hechos, que ella era el objetivo", dijo.
"Intentaron culpar a militantes palestinos de matarla, y luego se retractaron y ... dijeron 'puede que la matáramos por error'. Esto es inaceptable".
Anton dijo que la familia no tiene "ninguna confianza" en Israel "después de todas las historias y narraciones que sacaron".
"Y las retiraron todas porque eran falsas. Intentaban encubrir su historia y el asesinato", añadió.
Una gran influencia
El trabajo de Shireen la convirtió en un nombre muy conocido entre los palestinos y en toda la región. Su familia cree que esa misma popularidad la convirtió en un objetivo.
"Shireen ejercía una gran influencia. Informaba sobre las atrocidades cometidas por el ejército israelí contra la población civil, contra los palestinos, contra los niños: demolición de casas, asesinatos, todo eso", ha declarado Anton.
"Creo que se trata de una estrategia y una política sistemáticas de los israelíes para matar a quienes tienen tanto impacto e influencia... Querían matar a Shireen y querían que sirviera de lección para otros periodistas".
En su opinión, la masiva asistencia al funeral de Shireen es una prueba de su capacidad para "unir al pueblo palestino".
"En su funeral vimos cómo acudían todos los palestinos. Gente de distintas religiones, de distintos partidos, todos acudieron por Shireen", ha declarado.
Alguien debe pagar el precio
Antón dijo que la búsqueda de justicia ha sido un reto y "una gran carga financiera" para la familia.
"Pero seguimos luchando", afirmó.
Dado que Shireen también tenía nacionalidad estadounidense, la familia se dirigió al gobierno de Estados Unidos y se reunió con el Secretario de Estado, Antony Blinken, el pasado mes de julio.
La reunión se produjo semanas después de que un informe del Departamento de Estado afirmara que las investigaciones supervisadas por el Coordinador de Seguridad de Estados Unidos "no pudieron llegar a una conclusión definitiva sobre el origen de la bala" que mató a Shireen.
Concluía que los disparos desde posiciones militares israelíes fueron "probablemente responsables" de su muerte, pero "no halló motivos para creer que fuera intencionado".
"Esperábamos reunirnos con el presidente (Joe) Biden. Por desgracia, no pudimos. Transmitimos nuestro mensaje a través del Secretario Blinken, y le informamos de que el ... informe publicado el 4 de julio no era aceptado", dijo Anton.
"Le dijimos que se había cometido un delito y queremos que lo trate como cualquier otro delito. Debe haber una investigación creíble y transparente".
Según Anton, ningún funcionario israelí se ha puesto en contacto con la familia.
"No hablamos con ningún funcionario israelí y ellos no intentaron hablar con nosotros", afirmó.
"Israel tiene que reconocer primero que se trató de un asesinato intencionado (...) No sabemos cómo se les ocurrió algo llamado 'no intencionado' o 'error'. Incluso cuando hay un error, alguien debe pagar el precio".
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente Medio.