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La crisis de la deuda amenaza con hacer retroceder al Norte de África

Tienda de cambio de divisas que muestra un billete gigante de dólares estadounidenses el 3 de noviembre de 2016 en El Cairo, Egipto [KHALED DESOUKI/AFP via Getty Images].

Los inversores y analistas advierten de que Túnez y Egipto están cada vez más cerca de sufrir graves crisis de deuda que podrían agravar la inestabilidad de la región del Norte de África y plantear serias dificultades a sus vecinos ricos del Golfo Pérsico.

Los países se enfrentan ya a la escasez de bienes esenciales y a la disfunción de los mercados financieros y, en el caso de Túnez, a una crisis política provocada por la consolidación del poder del Presidente Kais Saied y la represión de los opositores.

Egipto, la mayor economía y el país más poblado del norte de África, ha sido considerado durante mucho tiempo demasiado grande para permitir que fracasara, pero Túnez también tiene una gran importancia como cuna y supuesto único éxito de la Primavera Árabe.

Las esperanzas tunecinas de obtener un paquete de ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), tan esperado desde hace tiempo, siguen parpadeando, aunque persiste la preocupación sobre si el país se ceñirá a un programa dada la fractura política.

El Presidente Saied ha criticado al FMI, afirmando que Túnez no se someterá a sus "dictados" en materia de recortes de subsidios alimentarios y energéticos y de reducción de la masa salarial pública, advirtiendo de que podría alimentar nuevas revueltas sociales.

"Dada la situación política actual, cabe preguntarse si un programa del FMI sobreviviría siquiera a una primera o segunda revisión", afirmó Matt Vogel, de la gestora de activos de mercados emergentes y fronterizos FIM Partners.

Sin embargo, sin la ayuda sostenida del FMI, el país se enfrenta a una crisis de balanza de pagos en toda regla.

Una de las facturas salariales del sector público más elevadas del mundo significa que su déficit fiscal se mantendrá en torno al 5% del PIB, según estimaciones de JPMorgan, mientras que Morgan Stanley advierte de que las reservas de divisas ni siquiera cubrirán dos meses de importaciones básicas el año que viene por estas fechas, al ritmo actual de desgaste.

Hacer frente a los pagos de la deuda podría resultar casi imposible. La mayor parte del endeudamiento del país es interno, pero tiene que reembolsar un préstamo exterior de 500 millones de euros en octubre, seguido de otro en febrero del año que viene.

"Siempre existe el riesgo de que el programa del FMI se retrase tanto que, cuando llegue, sea demasiado poco y demasiado tarde", afirma Matt Robinson, analista soberano senior de la agencia de calificación crediticia Moody's.

¿Y el riesgo de impago? "Ese podría ser un resultado eventual. A eso apunta nuestra baja calificación"

Egipto

Las finanzas de Egipto también están al límite, a pesar de haber obtenido en diciembre un plan de rescate del FMI por valor de 3.000 millones de dólares.

Su ratio deuda/PIB se aproxima rápidamente al 100% y, según Fitch, tres importantes devaluaciones de la moneda, por un total del 50% en poco más de un año, significan que sólo el pago de los intereses de su deuda - una gran parte de la cual se toma prestada en dólares, euros o yenes - absorberá más de la mitad de los ingresos del gobierno el próximo año.

La agencia de calificación, que el viernes volvió a rebajar la nota crediticia de Egipto, destaca que sólo Sri Lanka, en situación de impago, tendría que pagar más. Y, como en ese ejemplo, la falta de dólares en los mercados de divisas locales de El Cairo se está cebando con la economía.

La libra egipcia cambia ahora de manos a más de 40 por dólar en la calle, casi un 25% por debajo del tipo oficial de la moneda, a pesar de las repetidas devaluaciones y de que los tipos de interés han subido hasta el 18,25%.

Muchos economistas creen que tendrán que subir aún mucho más, todo lo cual alimentará una narrativa económica problemática para las elecciones presidenciales del año próximo.

"Hasta la pandemia, el nivel de vida de la población había mejorado marginalmente", afirma David Butter, miembro asociado del Programa de Oriente Medio y Norte de África de Chatham House, un think tank con sede en Londres.

"Pero, desde finales de 2021, hemos vuelto a este ciclo de inestabilidad en el mercado de divisas y de inflación galopante".

El gobierno del presidente Abdel Fattah Al-Sisi ha rechazado la posibilidad de un impago y, para ayudar a tapar los agujeros de financiación, se ha propuesto vender activos estatales por valor de 2.000 millones de dólares antes de finales de junio.

La consecución de este objetivo será crucial, tanto para el FMI, que espera que las ventas cubran aproximadamente la mitad del déficit de financiación de 17.000 millones de dólares de Egipto en los próximos cuatro años, como para los aliados del Golfo, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, que tradicionalmente han rescatado al país.

Los analistas atribuyen este endurecimiento a la política de vecindad y a las diferencias sobre la valoración de los activos que deben venderse, aunque se siguen oyendo voces positivas.

El ministro de Economía de EAU, Abdullah bin Touq Al Marri, declaró a Reuters en un reciente viaje a Londres que "EAU y Egipto siempre estarán juntos" y añadió que la financiación de infraestructuras demostraba que la relación entre ambos era "muy profunda" y "muy dinámica".

No inmaterial

Sin embargo, para los gestores de activos habituales, este año se ha producido una dolorosa caída del 20% en los bonos internacionales de Egipto, por valor de casi 30.000 millones de dólares.

Puede que los ingresos del Canal de Suez y del turismo estén mejorando, pero El Cairo tiene que hacer frente el año que viene a pagos combinados de "principal" y "cupón" por valor de 5.800 millones de dólares en esos bonos, que también tienen una "ponderación" del 2% en el índice de deuda de mercados emergentes más seguido del mundo.

Carl Ross, un veterano de las crisis de los mercados emergentes en la gestora de fondos GMO, dijo que los países ricos del Golfo tendrían que sopesar el coste de apoyar a Egipto frente al riesgo de inestabilidad regional, si un país con 110 millones de habitantes quebrara.

"No sería irrelevante que se produjera un impago", dijo Ross sobre el impacto en los gestores de fondos mundiales.

"Estos países tan ricos del Golfo han reforzado en general la estabilidad financiera en la región", a través de su apoyo, añadió. "Nadie sabe cuánto tiempo persistirá esto y en qué condiciones".

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

 

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