Uno de los partidos kurdos dominantes en el norte de Irak puso fin el domingo a un boicot de meses a las reuniones del gabinete del gobierno regional con su principal socio de coalición, aliviando las tensiones entre facciones que lucharon en una guerra civil en la década de 1990, informa Reuters.
Las desavenencias habían sido motivo de alarma para los países occidentales, y especialmente para Estados Unidos, que ha respaldado a ambas facciones, más recientemente en la lucha contra el Estado Islámico.
Los ministros del Partido de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) volvieron a las reuniones del gabinete por primera vez desde un extraño asesinato en la ciudad de Erbil en octubre del año pasado, según tres funcionarios del gobierno kurdo que hablaron bajo condición de anonimato porque no están autorizados a hablar con los medios de comunicación.
El Partido Democrático del Kurdistán (PDK) del primer ministro iraquí, Masrour Barzani, que desde hace tiempo se disputa la influencia con su socio de coalición en el gobierno, la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), liderada por el clan Talabani, ha mantenido en gran medida la desconfianza desde la guerra.
Pero el PDK culpó a la PUK del descarado asesinato del oficial de inteligencia Hawker Abdullah Rasoul, desencadenando una serie de incidentes que han tensado el acuerdo de reparto de poder.
El PUK ha negado rotundamente las acusaciones, afirmando que tienen motivaciones políticas.
Las relaciones políticas se deterioraron hasta el punto de que los ministros del PUK boicotearon las reuniones del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK).
La semana pasada, Barzani y el viceprimer ministro Qubad Talabani se reunieron por primera vez desde el asesinato y acordaron trabajar juntos para superar sus diferencias, según declaraciones publicadas en sus cuentas de Twitter, junto con una foto en la que se les ve mirándose y sonriendo.
El avance se produjo días después de que una delegación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, incluida Barbara Leaf, subsecretaria de Estado estadounidense para Asuntos de Oriente Próximo, visitara Erbil y se reuniera con dirigentes de ambas partes.
Los analistas afirman que las desavenencias distraen la atención de lo que debería hacer el gobierno para resolver los problemas de los servicios públicos y la elevada tasa de desempleo en una región rica en petróleo y gas.