Los políticos tunecinos han criticado la condena a prisión dictada contra el jefe del movimiento Ennahda y líder de la oposición, Rached Ghannouchi, por considerarla una "continuación del ataque del presidente Kais Saied contra los opositores a su golpe de Estado y la presión que ejerce sobre ellos".
El lunes, un juez tunecino condenó a Ghannouchi, ex presidente del Parlamento, a un año de cárcel y le impuso una multa de 1.000 dinares (325 dólares) por "incitación".
Riyad Al-Shuaibi, asesor político de Ghannouchi, declaró que la sentencia representa una continuación de la política de "acoso" practicada por el régimen contra Ghannouchi y el movimiento Ennahda, y añadió que el movimiento y sus dirigentes están pagando el precio de su posición política de oposición al golpe de Estado y de exigencia de "retorno a la democracia".
"Está claro que la política de la autoridad es golpear a la oposición para debilitarla, porque las fuerzas que se oponen al golpe han demostrado que su planteamiento es correcto, dado que lo que ha ocurrido el 25 de julio de 2021 no ha sido una corrección de la vía democrática, sino un golpe contra ella", añadió.
Al-Shuaibi subrayó que la ausencia de Ghannouchi del movimiento no creó un vacío organizativo, dado que el jefe adjunto del movimiento, Monther Al-Wanisi, asumió los poderes y deberes del presidente y está desempeñando sus funciones.
"Haremos un seguimiento de la situación del jefe del movimiento, así como de la sede cerrada del movimiento, y en función de ello, y de la situación legal del movimiento, determinaremos los próximos procedimientos legales", añadió.
Lo único que podría debilitar a la oposición, añadió, es su "posición equivocada" y no el número de detenidos, añadiendo que la "posición política correcta es lo que le da fuerza".
Tomando Facebook, el portavoz oficial de Ennahda, Imad Al-Khamiri, dijo que el encarcelamiento de Ghannouchi por "cargos infundados" es "la prueba de que la autoridad fue incapaz de probar ningún acto criminal material contra él y todos los políticos detenidos."
"La política de intimidación mediante la detención o el encarcelamiento es una política fracasada que ya se ha probado antes. Es el santuario de la autoridad ante su incapacidad para gestionar los asuntos económicos y hacer frente a la asfixiante crisis financiera y social que atraviesa el país", afirmó.
Abdul Latif Al-Makki, secretario general del Partido del Trabajo y los Logros, afirmó que la sentencia contra Ghannouchi "va dirigida contra todos", no sólo contra el líder de Ennahda.
"El problema no está en los detalles, como la duración de la pena de prisión de Ghannouchi, porque tras hacerse con el control del poder judicial, todo el mundo se ha convertido en objetivo, incluidos políticos, sindicalistas, profesionales de los medios de comunicación e incluso algunos abogados defensores. Por lo tanto, todo el que alza la voz se convierte en objetivo", afirmó.