Los continuos combates entre facciones rivales en Sudán han creado una crisis humanitaria en la frontera entre Egipto y Sudán, mientras miles de personas intentan escapar de los horrores que se están produciendo en las calles de Jartum.
La gente entra en Egipto por Argeen, uno de los dos pasos fronterizos por los que se puede cruzar desde Sudán, y necesita desesperadamente agua, alimentos y medicinas.
"No muchas personas ni organizaciones tienen acceso a la frontera, por lo que es increíblemente difícil conseguir allí la ayuda necesaria", explica a MEMO Elena Habersky, investigadora sobre la migración en Egipto.
"Todas las zonas fronterizas egipcias son zonas militares activas por ley, así que intentar conseguir ayuda humanitaria allí es increíblemente difícil".
En las últimas semanas, fotos y vídeos de la frontera circularon por las redes sociales: Colas de personas que han escapado de los ataques aéreos esperan bajo un sol abrasador para realizar los trámites.
Muchos sufrieron un arduo viaje para llegar al paso fronterizo, que incluía sortear los puestos de control de la RSF, las milicias armadas y la amenaza de secuestro.
El precio de los billetes de autobús se disparó y, mientras que las mujeres pueden entrar libremente en Egipto, los hombres de entre 16 y 50 años deben solicitar un visado en la embajada o el consulado egipcios.
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Como la oficina consular de Wadi Hafla no puede atender la gran demanda, ha surgido un mercado negro de visados en el que los solicitantes pueden pagar 400 dólares para saltarse la cola, según informó Reuters a principios de este mes.
Algunos familiares se debaten entre dejar atrás a sus parientes varones y entrar en Egipto sin ellos, con la esperanza de que sus seres queridos les sigan pronto.
"Se han documentado situaciones angustiosas en la frontera", afirma Habersky. "Pero por lo que puedo decir al hablar con amigos y activistas sudaneses, es que la situación en la frontera ha mejorado ligeramente con el paso de las semanas y es menos desordenada que cuando la gente empezó a cruzar".
Según ACNUR, hasta el domingo, más de 88.873 personas habían cruzado la frontera de Sudán a Egipto, principalmente por el paso de Argeen.
Se están realizando esfuerzos para intentar ayudarles a asentarse en Egipto, entre ellos el de Habersky, que ha creado una colecta de fondos con un pequeño y entregado grupo de voluntarios para proporcionar alimentos, nutrición, suministros médicos y alojamiento.
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