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Negligencia médica: la puerta a la muerte lenta en las cárceles de Egipto

Centro correccional y de rehabilitación en la ciudad de Badr, Egipto, el 16 de enero de 2022 [KHALED DESOUKI/AFP via Getty Images].

La situación descrita en las cárceles egipcias es alarmante y plantea serias preocupaciones en términos de derechos humanos y atención médica adecuada para los presos políticos. La negligencia médica y la falta de acceso a atención médica y medicamentos están llevando a condiciones inhumanas y podrían conducir a un deterioro de la salud e incluso a la muerte de los presos.

La cifra de muertes reportadas debido a la negligencia médica es preocupante, y es importante que las autoridades egipcias tomen medidas inmediatas para abordar esta grave situación. La falta de atención médica adecuada y los retrasos intencionados en la intervención médica necesaria constituyen una violación de los derechos humanos fundamentales y deben ser investigados y abordados de manera efectiva.

Los casos mencionados, como el del activista Sherif Roubi y el académico Salah Sultan, son ejemplos concretos de personas que corren peligro debido a la negligencia médica en las prisiones. Es fundamental que se garantice el acceso a la atención médica adecuada para todos los presos, independientemente de su condición o afiliación política.

Además de la negligencia médica, también se informa sobre malas condiciones de vida, malos tratos y violaciones graves contra los presos, incluyendo palizas y torturas. Estas prácticas también deben ser investigadas y los responsables deben rendir cuentas por sus acciones.

Es crucial que se respeten los estándares internacionales de derechos humanos y que se garantice el trato humano y digno de todos los presos en Egipto. La comunidad internacional, las organizaciones de derechos humanos y los actores relevantes deben seguir monitoreando la situación y abogar por el respeto de los derechos fundamentales de los presos políticos en Egipto.

Atención médica inadecuada

Según información proporcionada a Monitor de Oriente, se brinda cierto nivel de atención médica en los hospitales asociados a las prisiones públicas en Egipto, como revisiones externas y suministro de medicamentos para pacientes con condiciones como hipertensión y diabetes. Además, se mencionó que los médicos especialistas realizan visitas nocturnas para administrar inyecciones de insulina a los pacientes diabéticos.

Sin embargo, la fuente destacó que la negligencia médica ocurre con frecuencia en casos de emergencia, como infartos de miocardio o derrames cerebrales, lo que a menudo resulta en la muerte de los presos. Además, los presos políticos suelen enfrentar acusaciones de fingir enfermedades, lo que lleva a la privación de la atención médica adecuada.

En cuanto a las condiciones de las cárceles egipcias, se informa que carecen de elementos básicos para la vida humana, como instalaciones sanitarias adecuadas, alimentos saludables, ventilación e iluminación adecuadas. Los malos tratos hacia los presos políticos pueden incluir la reducción de la cantidad de comida suministrada, la restricción del acceso al agua, la falta de materiales de higiene personal, el rapado forzado del cabello, el confinamiento en celdas solitarias, los maltratos físicos y la privación de ejercicio y visitas durante largos períodos de tiempo.

Sin embargo, se señala que la situación cambia durante las visitas, ya que se permite la entrada de alimentos de buena calidad después de ser inspeccionados y, en ocasiones, se obtienen los medicamentos necesarios de las familias de los presos. Además, se menciona que las familias pueden depositar dinero en las cantinas de las prisiones para que los presos puedan comprar comida y bebida.

La Ley de Organización Penitenciaria egipcia, en su artículo número 16, establece que los presos preventivos tienen permitido traer comida desde fuera de la prisión o comprarla dentro de la prisión a un precio determinado. En caso de que no deseen o no puedan hacerlo, se les debe proporcionar la comida asignada.

Sin embargo, a pesar de estas disposiciones, es evidente que persisten graves problemas en el sistema penitenciario egipcio, especialmente en lo que respecta a la atención médica adecuada y las condiciones de vida dignas para los presos políticos. Estas cuestiones deben ser abordadas con urgencia para garantizar el respeto a los derechos humanos y la salud de todos los presos en el país.

Sufrimiento psicológico

El sufrimiento experimentado en las cárceles egipcias va más allá de la simple negación de atención médica. Se trata de una guerra psicológica que busca degradar la dignidad de los detenidos, minar su moral y humillarlos psicológicamente.

Los presos políticos son sometidos a actos de obscenidades, bofetadas, rasgado de ropa, confiscación de pertenencias, esposamiento y vendado de los ojos. Estas violaciones, según lo denunciado por un preso liberado que prefirió mantener el anonimato, tienen un impacto grave y continuo en su estado de salud.

Estos actos degradantes están respaldados por un informe publicado por la Red Egipcia de Derechos Humanos (ENHR), que resalta cómo someter a los presos a humillaciones físicas y verbales, y negarles las necesidades básicas de una vida humana, aumenta el riesgo de desarrollar diversos trastornos psicológicos. Además, estas acciones alteran los neurotransmisores, causando desequilibrios hormonales, fluctuaciones en la presión arterial y los niveles de glucosa, y pueden dar lugar a la formación de coágulos sanguíneos, enfermedades del sistema inmunitario y tumores malignos, que en última instancia pueden llevar a la muerte.

En informes locales e internacionales de derechos humanos se destaca que, en 2022, murieron 52 presos debido a negligencia médica, en comparación con las 60 muertes registradas en las cárceles y centros de detención egipcios en 2021. En 2020, se reportaron 73 muertes por la misma razón.

Sin embargo, el viceministro egipcio del Interior para el Sector Penitenciario, el general Tarek Marzouk, ha afirmado previamente que existe una campaña de difamación deliberada para mostrar una imagen distorsionada de las prisiones del país. Aseguró que los servicios sociales y de salud se brindan de manera humana y en cumplimiento de la ley en las prisiones, según reportes de los periódicos egipcios.

A pesar de las afirmaciones oficiales, los informes y testimonios de violaciones graves de derechos humanos en las cárceles egipcias plantean serias preocupaciones y destacan la necesidad de una investigación transparente y una mejora sustancial en las condiciones de detención y el acceso a atención médica adecuada para los presos políticos.

Posibles víctimas

Según activistas, cientos de presos, incluyendo periodistas, abogados, médicos y ex parlamentarios, incluyendo mujeres, se encuentran en grave peligro de perder la vida debido a la negligencia médica en las cárceles egipcias.

Uno de estos presos es la abogada Huda Abdel-Moneim, de 63 años, quien lleva más de tres años detenida y sufre una lenta agonía en su celda en la prisión de Qanater, al norte de El Cairo.

A finales de octubre de 2022, Amnistía Internacional emitió un comunicado denunciando que las autoridades egipcias continúan privando a Abdel-Moneim de contacto con su familia y de acceso a la atención médica adecuada, a pesar de sus graves problemas de salud, como insuficiencia renal y enfermedad cardíaca. La organización instó a su liberación inmediata, sin condiciones ni restricciones previas.

Esta situación pone en evidencia la grave violación de los derechos humanos y la falta de consideración por la vida y la salud de los presos políticos en Egipto. Es crucial que se tomen medidas urgentes para garantizar su bienestar y acceso a la atención médica necesaria.

Otro preso es el ex candidato presidencial y líder del partido Egipto Fuerte, Abdel Moneim Aboul Fotouh, (72 años), que lleva detenido más de cinco años y ha sufrido repetidamente ataques al corazón. Las autoridades egipcias rechazan la petición de su familia de proporcionarle el tratamiento médico necesario a sus expensas.

En la lista también figura el periodista Badr Mohamed Badr (65 años), encarcelado desde hace más de seis años y aquejado de hepatitis y otras enfermedades.

En los dos últimos meses, sitios web afiliados a la oposición difundieron mensajes filtrados sobre suicidios ocurridos en el interior del complejo penitenciario de Badr (al este de El Cairo), también conocido como "Nueva Prisión Escorpión". Estos suicidios se consideran una respuesta a las constantes violaciones, la prohibición de visitas durante años, la reducción de las raciones de comida y la inanición de los detenidos.

El activista de derechos humanos Hussam Bahjat, fundador de la Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales, declaró en su página personal de Facebook que los presos trasladados de la Prisión del Escorpión a la Prisión de Badr llevaban años privados de luz solar e iluminación. El repentino cambio de situación y la intensa iluminación de sus celdas, que se prolonga las 24 horas del día, les han provocado crisis nerviosas y privación de sueño.

En los últimos diez años, decenas de detenidos han perdido la vida debido a la negligencia médica, entre los que destacan el ex presidente Mohamed Morsi; el ex dirigente de los Hermanos Musulmanes Mohamed Mahdi Akef; el ex dirigente adjunto del Partido Libertad y Justicia Essam El-Erian; los ex diputados Farid Ismail y Abdel Azim El-Sharqawi; el dirigente del Grupo Islámico Mohamed Essam El-Din Darbala; el director Shady Habash y otros.

El artículo nº 36 de la Ley de Organización Penitenciaria nº 396 de 1956 estipula: "Todo preso condenado al que el médico de la prisión diagnostique una enfermedad que ponga en peligro su vida o una discapacidad total será remitido al Departamento de Servicios Médicos del Director de Prisiones junto con el médico forense para que lo examine y considere su puesta en libertad. La decisión de excarcelación se ejecutará tras la aprobación del Director General de Prisiones y el consentimiento del Fiscal General, y se notificará a la administración y la fiscalía pertinentes."

Una fuente de derechos humanos, que prefirió permanecer en el anonimato, afirmó que la respuesta de las autoridades en estos casos suele ser "estás fingiendo", en referencia a acusar a los presos de "fingir una enfermedad" hasta que mueren. La fuente subrayó que la intervención médica suele ser lenta e inadecuada para los casos críticos, especialmente entre los ancianos.

En los últimos años, el número de muertes en los centros de detención desde julio de 2013 hasta finales de 2022 superó el millar de presos, según la organización de derechos humanos Comité por la Justicia.

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Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

 

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