Una epidemia mortal que se está extendiendo por el Mar Rojo ha acabado con toda una especie de erizo de mar en el Golfo de Aqaba, poniendo en peligro los arrecifes de coral de la región, de una resistencia única, según ha descubierto un equipo de investigación israelí, informa Reuters.
Según un equipo de la Universidad de Tel Aviv, en un par de meses desapareció toda la población de erizos negros, una especie conocida por ayudar a mantener sanos los arrecifes de coral en las aguas también conocidas como Golfo de Eilat.
Sus conclusiones, publicadas en dos revistas especializadas, citan la mortandad masiva en otros países de la región, como Jordania, Egipto y Arabia Saudí.
El probable culpable es un parásito ciliado que provoca una muerte rápida, quizá el mismo que ha causado estragos en las poblaciones de erizos de mar del Caribe.
Según el investigador principal, Omri Bronstein, del Museo Steinhardt de Historia Natural y la Facultad de Zoología de la Universidad de Tel Aviv, en sólo dos días, un Diadema setosum (erizo de mar negro de espinas largas) sano se convierte en un esqueleto con una pérdida masiva de tejido.
Algunos llegan muertos a la costa. Otros son devorados por los peces, lo que probablemente acelera el contagio.
Las primeras señales de problemas aparecieron en el Mediterráneo, donde los erizos de mar han invadido a lo largo de los años, probablemente a través del Canal de Suez, y se han instalado. Según Bronstein, hace unos meses Grecia y Turquía informaron de la muerte de erizos de mar.
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Aunque en un primer momento fue menos preocupante, ya que se trataba de una especie invasora, ahora el patógeno ha vuelto a la población natural del Mar Rojo.
"Por el momento no se puede hacer nada para impedirlo", afirma Bronstein.
Pero hay una "ventana muy estrecha", dijo, para crear una población aislada, o reproductores, de los erizos de mar que quedan en otros lugares, que con suerte podrían ser reintroducidos más adelante.
Los investigadores afirman que se ha presentado un informe a las autoridades medioambientales israelíes y que se están estudiando medidas de emergencia para proteger los arrecifes de coral.
Eilat, ciudad turística israelí situada en la costa septentrional del Mar Rojo, es un lugar popular para el submarinismo. Los científicos que estudian la zona la consideran un refugio coralino.
Los corales que se asentaron hace miles de años tuvieron que atravesar un estrecho hacia el sur que actuaba como barrera térmica, lo que les asegura una mayor resistencia a los aumentos de temperatura que amenazan a los arrecifes de todo el mundo.
Los erizos de mar desempeñan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio al alimentarse de algas que, de otro modo, bloquearían la luz solar y asfixiarían los arrecifes.
"Los corales no tienen ninguna posibilidad de competir con las algas. Por eso necesitamos erizos de mar", afirma. "Sin esta especie, como hemos visto -esto no es imaginación, lo hemos visto ocurrir delante de nuestros ojos-, no es un buen futuro".