En general, me gusta desplazarme de un país a otro. Me gusta conocer culturas diferentes y gente nueva, y lo que más me gusta es probar comidas nuevas. Sin embargo, me apetecen mucho los alimentos que dejo atrás, y uno de los que más me ha costado encontrar es el masoub, una especie de pudin de pan y plátano. Curiosamente, no me gustaba mucho cuando vivía en Arabia Saudí, donde es muy popular, aunque se cree que es originario de Yemen, concretamente de Hadramout. Unos años después de mudarme a Londres, empecé a echar de menos el masoub y a adorarlo de verdad cuando mi marido intentó recrearlo en casa. No sabe exactamente igual que en Arabia Saudí y, para mí, prefiero su versión casera, sobre todo porque podemos controlar la textura. No soy muy fan de la comida blanda, así que poder hacerla más gruesa en casa ha sido el término medio perfecto.
Realmente no sé por qué este plato se llama masoub, pero si tuviera que adivinar, la palabra árabe masoub se refiere a alguien que tiene mucha hambre, y puedo ver que este es un desayuno que llena y que es popular en los meses más fríos, ya que es una fuente de energía y calor. En Arabia Saudí, suele venderse en restaurantes que venden ful, una salsa de habas, y adas, una salsa de lentejas, ambas comidas calientes y saciantes, por lo que parece haber un tema. Es más bien una comida callejera y suele servirse para llevar en pequeñas tiendas de las ciudades, y todos sabemos que la comida callejera pega diferente.
Esta no es la forma más tradicional de hacer masoub, pero sin duda es una forma estupenda de tomarlo cuando no se puede comer el tradicional. Tradicionalmente, se utiliza un pan plano de trigo integral y muchos utilizan una picadora de carne para que quede superfino. Nuestro atajo son las parathas congeladas, que se pueden encontrar en la mayoría de los supermercados del Reino Unido y del mundo árabe, o en supermercados étnicos. Me encanta la textura escamosa y crujiente del pan, que mantiene su textura cuando se añaden los plátanos. Las frutas utilizadas deben estar muy maduras. Algunas versiones incluyen incluso dátiles. A continuación, la nata aporta a este plato una riqueza y una cremosidad que combinan muy bien con todo. Por último, hay que rociar el plato con miel de la mejor calidad posible. Al fin y al cabo, es un plato yemení y Yemen es famoso por su deliciosa miel. No te saltes las semillas de sésamo negro, ya que añaden un poco de textura y un sabor que une todos los sabores. Tómelo como un desayuno copioso o como un postre decadente, no le decepcionará.
Ingredientes
2 parathas congeladas
3 plátanos medianos (maduros)
170 g de nata
Miel
Semillas de sésamo negro
Instrucciones
- Empezar haciendo las parathas. Retira el plástico de la paratha y colócala en una sartén a fuego medio, sin nada de aceite. Cuando empiece a dorarse por un lado, dale la vuelta y cocina hasta que se dore por ambos lados. Reservar.
- Mientras se dora el pan, machacar bien los tres plátanos en un bol. Trocee el pan y mézclelo con los plátanos y la crema ishta. Mézclelo todo suavemente hasta que quede bien combinado.
- Vierte la mezcla en una fuente, rocíala con miel y semillas de sésamo negro y ¡a disfrutar!