El mantenimiento de la segregación racial entre judíos y árabes fue citado por el Ministro de Justicia de Israel, Yariv Levin, como una de las razones por las que el gobierno de extrema derecha dirigido por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, está impulsando la controvertida revisión judicial.
Los jueces deben entender que los judíos "no quieren vivir con árabes", según afirma Levin en el diario Haaretz. El ministro israelí hizo estas declaraciones al defender los planes para dar al gobierno el control sobre el nombramiento de los jueces. Esta semana, el Consejo de Ministros debe decidir sobre su proyecto de ley relativo a la composición de la Comisión de Nombramientos Judiciales.
Según la propuesta actual del gobierno, el Comité incluiría a tres ministros y tres legisladores de la coalición en un panel ampliado de 11 personas. La propuesta garantizará una mayoría intrínseca al gobierno en la selección de jueces, un resultado que ignora por completo las demandas de miles de manifestantes que han advertido de que la revisión será la sentencia de muerte para la democracia israelí. Dado que seis millones de personas no judías no pueden disfrutar de los mismos derechos en el territorio controlado por Israel desde hace décadas, los grupos de defensa de los derechos cuestionan, para empezar, la pretensión democrática del Estado de ocupación.
Levin instó a los legisladores a facilitar a la sociedad israelí la práctica de la discriminación racial ampliando el controvertido Comité de Admisiones del país. "Los árabes compran apartamentos en las comunidades judías de Galilea y esto está provocando que los judíos abandonen estas zonas porque no quieren vivir con árabes", se dice que dijo Levin mientras hablaba en una reunión del gabinete el lunes. "Tenemos que asegurarnos de que haya jueces en el Tribunal Supremo que entiendan esto", añadió.
Los llamados "comités de admisión" están autorizados a operar en cientos de pequeñas ciudades comunitarias construidas en terrenos estatales, y se implantan principalmente en las regiones de Al Naqab (Negev) y Galilea. Anteriormente, los comités de admisión estaban restringidos a comunidades de 400 hogares o menos. El actual gobierno de extrema derecha pretende ampliar el número a 1000.
Los Comités de Admisión tienen licencia para rechazar las solicitudes de residencia de personas por no cumplir los vagos e indefinidos "criterios de idoneidad social", o por considerar que dichas personas pueden "dañar el tejido sociocultural" de las ciudades en cuestión. Los grupos de defensa de los derechos afirman que la ley no es más que una discriminación legalmente autorizada contra los ciudadanos palestinos de Israel, ya que permite rechazar las solicitudes de residencia en determinadas ciudades por el mero hecho de su origen étnico. Además, la ley se aplica de forma abrumadora en determinadas regiones de Israel, como el Néguev, donde los palestinos son mayoría.
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