Siguen apareciendo detalles de las investigaciones de Israel sobre el ataque de un policía fronterizo egipcio en Al-Awja hace una semana. Mohammed Salah cruzó la frontera y mató a tres soldados israelíes antes de morir él mismo. Pero, independientemente de los detalles, el incidente tiene consecuencias políticas y de seguridad para las relaciones entre Israel y Egipto.
Las conclusiones israelíes del atentado han planteado hasta ahora varios interrogantes. Se sabe que la zona en la que se produjo el ataque es peligrosa y ha sido testigo de un aumento del contrabando de drogas, así que ¿por qué no había más soldados israelíes de servicio? ¿Cómo pudo el policía egipcio caminar varios kilómetros a través de un desierto abierto y no ser detectado por ninguna vigilancia aérea? ¿Y por qué no había vallas de alambre de espino?
Los israelíes también se preguntan por qué no funcionaron los sensores cuando el atacante cortó la valla fronteriza. Además, se preguntan si el incidente animará a las fuerzas de ocupación antiisraelíes a llevar a cabo ataques similares ahora que saben que las medidas de seguridad israelíes son tan débiles.
Los círculos políticos y de seguridad de Israel han pedido una mayor cooperación y coordinación en materia de seguridad con Egipto y se apresuraron a subrayar que el atentado no afectaría a las relaciones con El Cairo. El ataque se produjo en un momento crítico para las relaciones de Egipto con Israel, aunque no es la primera vez que soldados egipcios disparan contra israelíes.
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Se han visto aviones y helicópteros israelíes sobrevolando el Sinaí, con el conocimiento y consentimiento del gobierno egipcio. Se está llevando a cabo una compleja acción conjunta para cubrir los retos a los que se enfrenta y podría enfrentarse Egipto. Mientras tanto, el policía es aclamado en las redes sociales como un héroe.
Esto sugiere que el atentado de Al-Awja no pasará fácilmente. Tras casi cincuenta años de lo que a menudo ha sido una paz fría entre los países vecinos, el entendimiento alcanzado desde que Abdel Fattah Al-Sisi llegó al poder en 2013 es más profundo que el alcanzado por Israel con sus predecesores, especialmente en materia de seguridad.
La relación entre Israel y Egipto es muy importante para hacer frente a Hamás en Gaza y cooperar en cuestiones relacionadas con toda la región. Esto convierte el atentado de Al-Awja en un reto nada fácil para Israel y en una afirmación de que no existe una alternativa real a las relaciones estratégicas basadas en el acuerdo de paz con Egipto. Esto requiere una investigación cuidadosa del ataque y de las lecciones prácticas que deben extraerse del mismo en un contexto más amplio.
Israel intenta detener los ataques dirigidos contra él desde todos los flancos - Caricatura [Sabaaneh/Monitor de Oriente].
Los israelíes afirman que la cooperación estratégica liderada por Sisi ha contribuido a reducir la amenaza para la seguridad en el Sinaí, aunque sigue existiendo, como ha puesto de manifiesto el reciente atentado. Sin embargo, no constituye una amenaza estratégica para Egipto o Israel, porque el acuerdo de paz y su aplicación en materia de seguridad contribuyen a eliminar tales amenazas. El ejército israelí ha realizado algunos cambios en el despliegue de tropas y ha construido muros fronterizos, además de desarrollar su importante alianza de seguridad con Egipto, porque no hay alternativa a las relaciones estratégicas basadas en el acuerdo de paz.
Egipto es el país más grande del mundo árabe, con un ejército, una fuerza aérea y una marina potentes; ha librado sangrientas guerras con Israel. Hoy, sin embargo, los dos países comparten intereses comunes que han transformado sus relaciones de hostilidad severa a aliados esenciales desde que Sisi tomó el poder. Egipto goza de estabilidad interna a pesar de las dificultades económicas. Los israelíes recuerdan cuando la Hermandad Musulmana controló Egipto durante menos de un año, y estuvo a punto de alinear el país con Turquía y Qatar para reforzar el bando musulmán suní estable, que suponía una amenaza para el Estado sionista.
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Sin embargo, a pesar de esta sólida alianza política y militar, es evidente que la cooperación política y en materia de seguridad entre El Cairo y Tel Aviv no ha mitigado el odio que el pueblo egipcio siente por Israel. El ataque en la frontera de Al-Awja no fue el primero de este tipo, y puede que no sea el último, y aunque el policía egipcio puede haber actuado solo, puso de relieve el hecho de que la existencia de acuerdos de paz no significa menos hostilidad hacia Israel en Egipto o en cualquier otro lugar. Esto indica a los israelíes que no pueden darse por satisfechos con lo que han conseguido, aunque exista un marco de acuerdo que estabilice el entorno estratégico. En otras palabras, la seguridad de Israel sólo estará garantizada a través de sus fuerzas armadas y no mediante acuerdos políticos.
Esto nos recuerda los verdaderos retos a los que se enfrenta Israel, incluido el hecho de que, aunque no parece probable en estos momentos, podríamos ver cómo la hostilidad egipcia hacia Israel se traduce en acciones militares. A su vez, esto requiere que Israel se prepare para el difícil escenario de otra guerra con Egipto. Esa es la principal lección que debemos aprender del ataque de Al-Awja.
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