El ex presidente tunecino Moncef Marzouki ha criticado el restablecimiento de relaciones diplomáticas de su país con el régimen de Bashar Al-Assad en Siria y su regreso a la Liga Árabe, según ha informado Al-Quds Al-Arabi. Marzouki describió esta última como un "club para dictaduras", y realizó su comentario después de que el presidente Kais Saied anunciara el restablecimiento de relaciones con Damasco y mantuviera conversaciones con Assad al margen de la reciente cumbre de la Liga Árabe.
"Las aves del mismo plumaje se juntan", declaró Marzouki a Al-Quds Al-Arabi en una amplia entrevista exclusiva en la que abordó los problemas a los que se enfrenta Túnez en la actualidad. "La Liga Árabe es un club de dictaduras, donde los supervivientes celebran a los de su propia especie. Sin embargo, cuando se observa la verdadera situación y los resultados finales de los tiranos, no parece que les vaya bien, desde luego."
El ex presidente hizo un balance de los acontecimientos en Túnez, dado que las figuras de la oposición están encarceladas y Saied se ha hecho con todo el poder. "El acontecimiento más significativo ha sido la anulación de la Constitución de la Revolución y de todas las instituciones modernas del Estado, y la vuelta a los años cincuenta y al gobierno individual", explicó. "Hay una gran diferencia entre [el presidente Habib] Burguiba, que pagó personalmente un alto precio por la independencia de Túnez, y este golpista [en referencia a Saied] que pretende volver al poder y a su proyecto de gobierno, que es una vergüenza".
El "golpista" de Saied, añadió Marzouki, no tiene nada que vender, salvo la cabeza de [Rached] Ghannouchi y de los islamistas en general. "Ante el completo colapso económico, político y psicológico de Túnez, resulta irónico que la clase burguesa eliminacionista, que se regocija con el encarcelamiento de Ghannouchi, aún no haya comprendido que él les protegió de la justicia retributiva a la que deberían haberse enfrentado".
Calificó el encarcelamiento del líder del Movimiento Ennahda de "mancha de vergüenza" para quienes los encarcelaron y para quienes se complacen en su detención. "Por supuesto, él y todos los presos políticos deben ser liberados inmediatamente. Esta petición no se dirige al golpista, sino a las fuerzas militares y de seguridad, que deberían comprender el peligro que supone seguir a un hombre incapaz e ilegítimo para dirigir el país. El papel primordial de la presidencia es reforzar la unidad nacional, no jugar con la discordia y la división, y ganar una mezquina popularidad con políticas populistas sin futuro."
LEER: El líder de la Yihad Islámica se reúne con Jamenei en Teherán
¿Qué debería hacerse? "Habría que retirar el apoyo militar a un individuo desequilibrado, incompetente e ilegítimo antes de que ahogue a Túnez en crisis interminables. El pueblo y la clase política estarían en deuda con los militares porque habrán librado al país de estas crisis."
Sin embargo, no aboga por un régimen militar en Túnez. "Necesitamos un gobierno de transición para rescatar la economía, seguido de elecciones presidenciales y legislativas lo antes posible para devolver a Túnez al camino que emprendió en 2014. Si no, no queda más remedio que la resistencia civil pacífica y la readopción de los objetivos revolucionarios."
En lugar de enviar mensajes a Saied - "no pierdo el tiempo dirigiéndome a quienes tienen un corazón decidido"-, Marzouki prefirió dirigirse a los "pocos cientos de miles de individuos capaces que, cuando actúan simultáneamente, pueden hacer tambalear cualquier sistema corrupto". A estos individuos les aconsejó: "Controlad vuestra ira. Esperad el momento y emerged como lo hicisteis en 2011 para vengar a nuestros mártires y reclamar nuestra dignidad, libertades, independencia y sobre todo nuestra riqueza, y para recuperar nuestro estatus. Nos mueve una aspiración: no permaneceremos para siempre como víctimas de la historia y volveremos como sus artífices."