El Líbano declaró que las conversaciones para demarcar su frontera marítima con su histórico enemigo, Israel, se encontraban el jueves en un punto de inflexión, después de que Israel rechazara las revisiones de un proyecto de acuerdo solicitado por Beirut, poniendo en duda años de esfuerzos diplomáticos, informa Reuters.
El proyecto de acuerdo, que no se ha hecho público, tuvo una cálida acogida preliminar por parte de los gobiernos israelí y libanés. Pero, en medio de la oposición interna de ambos países, el Líbano solicitó el martes varias enmiendas al enviado estadounidense.
El jueves, el primer ministro israelí, Yair Lapid, "recibió información actualizada sobre los detalles de los cambios sustanciales que Líbano pretende introducir en el acuerdo y dio instrucciones al equipo negociador para que los rechace", dijo un funcionario israelí.
Según los medios de comunicación israelíes, uno de los principales puntos de fricción era el reconocimiento de una línea de boyas de demarcación que Israel ha tendido hacia el mar desde su costa. Al Líbano le preocupa cualquier acción que pueda connotar la aceptación formal de una frontera terrestre compartida.
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Beirut también se ha opuesto a la afirmación de Lapid de que Israel obtendrá regalías parciales de la extracción libanesa en la prospección de Qana.
El principal negociador libanés, Elias Bou Saab, dijo a Reuters el jueves que sólo respondería a las declaraciones oficiales y no a los informes de los medios de comunicación sobre la postura de Israel.
Dijo que el acuerdo "está hecho en un 90 por ciento, pero el 10 por ciento restante podría hacerlo o romperlo", y añadió que estaba en contacto constante con el mediador estadounidense, Amos Hochstein.
Plan de gasificación
Israel ha estado preparando la activación de una plataforma de gas, Karish, que dice estar en las afueras de Qana. Hezbolá, apoyado por Líbano, lanzó amenazas veladas sobre Karish que dieron urgencia a las conversaciones.
Anteriormente, Israel presentó el proyecto de acuerdo con Líbano, en caso de que se cerrara, para asegurar Karish. Pero, el jueves, cambió de táctica.
"Israel producirá gas de la plataforma de Karish tan pronto como sea posible hacerlo", dijo el funcionario israelí. "Si Hezbolá o cualquier otra persona intenta dañar la plataforma de Karish o amenazarnos, las negociaciones sobre la línea marítima se detendrán inmediatamente".
El ministro de Defensa, Benny Gantz, endureció aún más el tono, diciendo en un discurso que "el Estado de Líbano tendrá un alto precio militar" si Hezbolá ataca.No hubo respuesta inmediata de Hezbolá.
Con el centrista Lapid actuando como interino antes de las elecciones del 1 de noviembre, la oposición política había exigido la ratificación parlamentaria del acuerdo.
El principal rival de Lapid, el ex primer ministro conservador Benjamín Netanyahu, había argumentado que el acuerdo podría beneficiar a Hezbolá.
A pesar de sus propios recelos, el Líbano está muy interesado en cualquier signo de alivio de una crisis económica que se agrava, y su presidente, Michel Aoun, quería asegurarse los derechos del gas como una victoria política antes de dimitir a finales de mes, según fuentes políticas.