Uno de los retos políticos de Qatar es que la mayor parte de la población se queda atrás cuando la familia real avanza en la modernización sociopolítica. A diferencia de la mayoría de los países, donde el cambio suele ser impulsado por la sociedad civil, en Qatar es la familia real la que tiene ese papel. Por ello, el Estado del Golfo se ha visto atrapado entre complacer a los aficionados al fútbol extranjeros y a Occidente, por un lado, y un posible malestar interno, por otro, en relación con el acuerdo alcanzado para la Copa Mundial de la FIFA.
Desde que ganó su candidatura para albergar el torneo en diciembre de 2010, Qatar se ha enfrentado a críticas casi continuas, y muchos dudan de su capacidad para organizarlo con éxito. Cuatro cuestiones principales han dominado dichas críticas. Dadas sus temperaturas medias, ¿podría el Estado acoger un torneo que tradicionalmente se celebra en verano? Algunas de las temperaturas más altas registradas en el mundo se encuentran en Qatar; sólo unos meses antes de que ganara la candidatura, la temperatura alcanzó los 50,4 grados centígrados. No es de extrañar que se decidiera trasladar el torneo a noviembre-diciembre, una medida que demostró la voluntad de la FIFA de llevar la Copa Mundial por todo el mundo, sin importar las dificultades. También dio a los anfitriones tiempo extra para terminar la infraestructura.
Por otra parte, se acusa a Qatar de abusos generalizados de los derechos laborales y de someter a los trabajadores inmigrantes de bajos ingresos a condiciones de vida inhumanas y de trabajo peligrosas. La realidad es que hay que reformar los derechos de los trabajadores en toda la región, no sólo en Qatar. En el país se han modificado varias leyes laborales, y las infracciones conllevan severas sanciones. Sin embargo, a pesar de su compromiso declarado, el gobierno de Doha no ha puesto en práctica ni ha hecho cumplir las reformas, lo que ha permitido que resurjan las prácticas abusivas y que continúen, por ejemplo, los peores elementos del sistema de empleo kafala (basado en el patrocinio).
A Qatar también se le acusa de soborno, a pesar de que insiste en que ganó la candidatura para albergar la Copa del Mundo "limpiamente" y siguió las normas y reglamentos. Los medios de comunicación británicos y algunos países de la región han estado en primera línea a la hora de lanzar estas acusaciones. Los medios de comunicación británicos han publicado varios artículos acusando a Qatar de mala conducta e irregularidades en su candidatura. Desde que ganó la candidatura, los periódicos británicos The Guardian, The Times, The Daily Express, The Sun, The Daily Mail, The Telegraph y Metro UK han mencionado a Qatar unas 1.735 veces en sus titulares. El 40% de los artículos sobre Qatar han sido sobre la Copa del Mundo. Resulta significativo que ninguna de estas publicaciones sea especialmente favorable a los musulmanes y al mundo musulmán.
Según un análisis publicado, los cinco temas más comunes en todos los artículos sobre Qatar son los derechos humanos y de los trabajadores, la crisis del Golfo de 2017, los sobornos y la aviación. A pesar de las garantías y justificaciones de Qatar, algunos en Europa siguen siendo escépticos y han llegado a pedir el boicot del torneo.
"Las razones aducidas para boicotear la Copa del Mundo no tienen sentido", declaró el Ministro de Asuntos Exteriores, el jeque Mohamed Bin Abdulrahman Al-Thani. "Hay mucha hipocresía en estos ataques, que ignoran todo lo que hemos conseguido".
También ha habido preocupación por la aplicación de las estrictas leyes, cultura y tradiciones de Qatar durante el torneo. El país ha insistido en que mantiene su compromiso de acoger y proteger a todos los aficionados que visiten el país para ver los partidos. Del mismo modo, el gobierno "espera que aquellos que vayan a visitar el país sean sensibles a ciertas culturas y normas". Según Yasir Al-Jamal, Vicesecretario General del Comité Supremo de Entrega y Legado de Qatar 2022, "Todo el mundo tiene sus creencias y culturas. Lo acogemos y lo respetamos. Lo único que pedimos es que los demás hagan lo mismo con nosotros".
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Hay algunas cosas que señalar en apoyo de Qatar. La primera y más importante es que ganó la candidatura para organizar el torneo dentro de las "prácticas y cultura normales de la FIFA"; siguió las reglas de compromiso que prevalecen en ese entorno. Además, Oriente Medio, al igual que África, cuenta con un gran número de seguidores y apoyo al fútbol. La decisión de llevar el torneo a la región fue acertada. Qatar puso a disposición recursos para hacer realidad esa ambición. Las autoridades de Doha dijeron desde el principio que "este Mundial es para el mundo árabe, no sólo para Qatar". Para ello, por ejemplo, por primera vez habrá aviones de pasajeros entre el aeropuerto Ben Gurion de Israel para llevar a los aficionados a la Copa del Mundo, incluyendo no sólo a los israelíes sino también a los palestinos. Todo ello a pesar de que Israel y Qatar no tienen relaciones diplomáticas.
Por último, los qataríes son en general personas muy conservadoras. Por ello, el gobierno ha tenido que ser muy cuidadoso a la hora de seguir traspasando los límites, especialmente los miembros más jóvenes de la realeza que están impulsando la campaña de modernización en Qatar. Se puede argumentar que los enemigos de Qatar, tanto dentro como fuera del país, habrían encontrado combustible para su descontento con la familia gobernante si se hubieran hecho ciertas concesiones, como la venta y el consumo públicos de alcohol. La prohibición de última hora de la venta de alcohol en los estadios era fundamental, ya que de lo contrario habría provocado una enorme reacción contra la familia real. Mientras Qatar se prepara para presentar su candidatura a unos futuros Juegos Olímpicos, este tipo de decisiones deben tomarse teniendo en cuenta la preparación no sólo de las infraestructuras, sino también de los ciudadanos del país.
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