La tensión ha aumentado entre las autoridades tunecinas y los opositores al presidente Kais Saied, con el telón de fondo de la reciente campaña de detenciones en curso. La última detención ha sido la del líder de Ennahda, Habib Louz, y el bloqueo de una marcha del Frente de Salvación Nacional, en medio de la condena estadounidense de las restricciones.
El abogado de Louz, Mokhtar Jamei, declaró el viernes a los sitios web tunecinos que aún desconocen el paradero de su cliente después de que fuera detenido en su coche por civiles.
"Anoche fui a la sede de Al-Qarjani, y los guardias de seguridad estaban confusos, y los dos guardias de la puerta me informaron de que mi cliente no estaba allí antes de que recibiera una llamada de su familia informándome de que circulaban noticias diciendo que había sido trasladado al hospital Charles Nicolle", declaró a la radio Mosaique FM.
El abogado Jamei subrayó: "Se desconocen las fuentes de la noticia y no sabemos nada de su paradero, por lo que esta situación me lleva a considerar que Louz ha sido secuestrado".
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En un contexto relacionado, el opositor Frente de Salvación Nacional expresó su rechazo a la decisión de las autoridades de prohibir la marcha convocada por el frente y dijo que la decisión fue emitida por: "una autoridad incompetente, por razones ajenas a la ley".
Anteriormente, el jueves, el Estado tunecino anunció en un comunicado que había rechazado la petición del Frente de organizar una marcha el próximo domingo debido a: "Sospechas de conspiración contra la seguridad del Estado de algunos dirigentes del Frente de Salvación".
La oposición anunció en un comunicado que: "Rechaza esta medida inválida y mantiene su derecho a manifestarse el 5 de marzo a las 10 de la mañana desde la Plaza de la República hasta la calle Habib Bourguiba".
El frente incluye a seis partidos: el Movimiento Ennahda, Corazón de Túnez, la Coalición por la Dignidad, el Partido del Movimiento, el Partido de la Esperanza (Al-Amal), el Partido de los Trabajadores y la campaña "Ciudadanos contra el golpe".
"La decisión de prohibir los objetivos es una de las conquistas más importantes de la revolución, a saber, el derecho a la manifestación pacífica y a la libre expresión de la opinión", continúa el comunicado del Frente.
Señalaba: "la decisión de prohibición ha sido dictada por una autoridad incompetente, basándose en razones que no tienen nada que ver con la ley. El gobernador de Túnez no es competente para decidir sobre el destino de los medios de comunicación manifestándose. Las reuniones y manifestaciones públicas son libres y pueden celebrarse sin autorización previa, según el capítulo dispositivo de la Primera Ley nº 4 de 1969 sobre reuniones y manifestaciones públicas."
La declaración continuaba diciendo que las autoridades responsables "No pueden decidir impedir la reunión a menos que se espere que perturbe la seguridad o el orden público".
En el plano internacional de las continuas detenciones en Túnez, que han incluido a políticos, empresarios y activistas, Estados Unidos condenó la creciente detención de disidentes y expresó su preocupación por las informaciones sobre el inicio de procedimientos judiciales contra activistas a causa de sus comunicaciones con funcionarios de la embajada estadounidense en Túnez.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, declaró a los periodistas: "Nos preocupan las informaciones según las cuales se han iniciado procedimientos judiciales contra individuos en Túnez, aparentemente a causa de sus reuniones o conversaciones con empleados de la Embajada de Estados Unidos. Esto, como ya he dicho, forma parte de una escalada en las detenciones de personas percibidas como críticas con el gobierno tunecino."
Price declinó identificar a las personas implicadas o detallar las circunstancias que rodearon esos contactos, que justificó diciendo: "Todas nuestras embajadas y diplomáticos en todo el mundo se reúnen con diferentes personalidades en todos los países".
El Ministerio de Asuntos Exteriores tunecino emitió un comunicado en el que pedía a las embajadas extranjeras que "no interfirieran en sus asuntos internos" tras hablar de las reuniones entre opositores tunecinos y diplomáticos occidentales.
Desde principios de febrero, las autoridades tunecinas han detenido a más de veinte personas en el marco de una campaña denunciada por la oposición, que acusa al Presidente Saied de pretender silenciar a la población para monopolizar aún más el poder.