Una ONG de ayuda a refugiados ha acusado a la guardia costera libia de haber dejado a la deriva a tres personas, incluida una madre con su niño, después de haber interceptado un barco con unos 160 migrantes a bordo.
Proactiva Open Arms, una organización de rescate española, anunció el martes que había rescatado a una mujer con vida de entre los restos de un naufragio a unos 144 kilómetros de la costa libia. La otra mujer y su pequeño fueron hallados ya sin vida.
Óscar Camps, jefe de la ONG, señaló que las dos mujeres se habían negado a subir a bordo de las embarcaciones libias con el resto del grupo, por miedo a sufrir represalias y tortura, y fueron abandonadas a la deriva después de los guardacostas hundieran su barco.
“Esto es una consecuencia directa de contratar a milicias armadas para hacer creer al resto de Europa que Libia es un estado, un gobierno o un país seguro. La responsabilidad de este crimen recae sobre la política de Matteo Salvini,” denunció Camps, en referencia al derechista ministro del interior italiano que ha lanzado una cruzada contra la llegada de migrantes y ha defendido su deportación a Libia.
Los guardacostas libios han rechazado las acusaciones, afirmando que su personal llevó a cabo la misión de forma profesional y respetando los estándares internacionales.
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Proactiva Open Arms, por su parte, anunció que la superviviente sería trasladada a España por su seguridad, ya que en caso de desembarcar en Italia habrían de temer “por la protección de la superviviente y por su completa libertad a la hora de testificar”.
Según la agencia de migración de las Naciones Unidas, desde inicios de año hasta el 15 de julio, 1.443 personas han muerto o han desaparecido tratando de cruzar el Mediterráneo. El nuevo gobierno populista italiano ha prometido poner freno a la crisis migratoria, y ha proporcionado recursos a las autoridades libias para que impidan a los refugiados el viaje a Europa, a pesar de los casos de abusos, violaciones y esclavitud que han sido documentados en el país magrebí.
El fin de semana pasado, unos 450 migrantes fueron rescatados de un barco sobrecargado cerca de la isla italiana de Linosa, pero Salvini les denegó la entrada. Según fuentes de su ministerio, pidió a otros países europeos que se hicieran cargo de ellos.
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“Los migrantes podrían ser distribuidos inmediatamente entre los diferentes países europeos; o bien Italia podría contactar a las autoridades libias para enviarles de nuevo por donde vinieron,” manifestó esta fuente. “Italia ya no está dispuesta a hacerse cargo por si sola de un problema que afecta a todos los países europeos”.
Según el derecho internacional, los refugiados no pueden ser enviados de vuelta a un lugar en el que sus vidas están en peligro. Tanto Naciones Unidas como la UE han reconocido que Libia no es segura.
Sin embargo, esta misma semana, Salvini pidió a los ministros del interior europeos que declararan Libia un lugar seguro al que los migrantes pudieran ser devueltos. Según Salvini, los ministros del interior de Alemania, Austria y Francia estaban de acuerdo con la viabilidad del plan.
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