El Partido Laborista británico ha sido acusado de antisemitismo desde que Jeremy Corbyn venció en las elecciones del partido de 2015. Desde entonces, esta crisis ha amenazado con separar el partido. Sin embargo, ahora se ha descubierto lo que parece ser una campaña organizada para alimentar este conflicto, generando temor a que el partido esté siendo atacado por una red de trolls de las redes sociales, cuyo objetivo es perjudicar al proceso democrático de Reino Unido.
Una investigación de la Electronic Intifada descubrió varias cuentas falsas online que fueron utilizadas durante el punto álgido de la crisis. Un informe de la publicación online documenta 10 perfiles falsos en Twitter que se hicieron pasar por partidarios de Corbyn e hicieron publicaciones virulentas antisemitas. Se dice que las cuentas comparten las similitudes suficientes como para indicar que una misma persona - o grupo - las maneja todas, en lo que parece ser una campaña organizada para desacreditar a Corbyn y presentar al Partido Laborista como antisemita.
Las sospechosas cuentas de Twitter usaron nombres y fotos de perfil falsas. Las 10 se presentaban como perfiles de activistas laboristas que publicaban, por ejemplo, incitaciones antisemitas a la violencia, incluidas amenazas de muerte.
Seis de las 10 cuentas faltas son aparentemente musulmanes que, según el informe, publicaron algunas de las incitaciones antisemitas más perturbadoras y violentas. En una ocasión, las cuentas falsas respondieron al ataque contra las cuentas oficiales de Twitter de Corbyn y su adjunto, John McDonnell, amenazando con la “yihad” a los “judíos” junto a una imagen sangrienta de un cuchillo.
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Se ha descubierto que las cuentas falsas habían utilizado fotos cogidas de perfiles de webs de citas. Una de ellas usaba el nombre de “Dean Brown” y afirmaba ser un “antiguo miembro de personal del Partido Laborista” y miembro de Momentum, un grupo que emergió de la campaña para elegir a Corbyn como el líder laborista. El propietario de esta cuenta falsa hizo uno de los comentarios más violentos tras la masacre en una sinagoga en Pittsburgh, donde 11 asesinados fueron asesinados. “Dean Brown” dirigió un tweet al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, diciendo “OS LO HABÉIS BUSCADO”.
Varias fuentes del Laborista, según ha informado la Electronic Intifada, afirmaron que ningún Dean Brown había trabajado jamás para Corbyn. Momentum también confirmó que ese nombre no aparecía en sus listas. La foto de perfil mostraba a alguien totalmente inocente, y había sido tomada de un informe de la prensa local. Esto fue confirmado cuando la verdadera persona de la foto twitteó que su imagen había sido robada y usada para crear la cuenta falsa de Twitter.
Además de publicar tweets antisemitas, las cuentas falsas también publicaban material pro-Palestina, expresando preocupación por Gaza y fotos de manifestaciones contra Israel. El descubrimiento de la red de trolls por parte de la Electronic Intifada ha demostrado, una vez más, la facilidad con la que los individuos o un pequeño grupo de personas es capaz de promover mentiras en las redes sociales, generar crisis y causar divisiones en la sociedad.
Los muchos defensores de Corbyn han rechazado la alegación de que el Partido Laborista es el único relacionado con el antisemitismo. El propio parlamentario veterano es conocido como un comprometido activista contra el racismo que insiste en que los antisemitas no tienen sitio en el Partido Laborista. Sus partidarios de dentro y fuera del partido también enfatizan en que la campaña contra el Laborista tiene más que ver con las críticas de Corbyn hacia Israel que con un verdadero antisemitismo; algo que, señalan, en cualquier caso emanaría más bien de la derecha que de la izquierda política.
Sin embargo, es muy significativo que las cuentas de twitter fueran creadas en 2015. Mientras que Corbyn se aseguró el respaldo de los miembros del Laborista en las elecciones del partido en 2015, se produjeron acontecimientos importantes en Israel y Estados Unidos que tuvieron un impacto negativo en las opiniones anti-Israel y pro-Palestina.
En Israel, Netanyahu ganó por cuarta vez las elecciones generales y formó una coalición de derechas con compañeros que rechazaban abiertamente el derecho de Palestina a ser un Estado. Irónicamente, la misma gente describió como antisemita a todo aquel que negaba el derecho de Israel a existir como un Estado judío.
Una de las principales prioridades del gobierno de Netanyahu en 2015 fue lidiar con el impulso global del activismo pro-Palestina. Su solución fue una respuesta más agresiva hacia, por ejemplo, el movimiento global de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS). Netanyahu ordenó a su Ministerio de Asuntos Estratégicos que reuniera a simpatizantes de Israeles y creara grupos encubiertos y anónimos que atacaran a activistas pro-Palestina, a menudo con la ayuda de consultores políticos profesionales.
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En Estados Unidos se produjeron cambios igual de significativos. En 2015, varios miembros importantes de la comunidad judío-estadounidense también adoptaron una postura más agresiva. Un informe de un periódico judío-americano informó de que, en el mismo año en el que Corbyn se convirtió en el líder del Partido Laborista, se formaron nuevos grupos pro-Israel, lo que favoreció el enfrentamiento con críticos del Estado sionista. Aquel año también se produjo una reunión entre la cultura espía de Israel y judíos americanos como Sheldon Adelson y Haim Saban, ambos importantes donantes del Estado de Israel. Se informó de que los dos hombres sentían que los resultados de las principales organizaciones judías no eran satisfactorios; pedían un movimiento descrito por sus fundadores como “guerrilleros” online que pudieran llevar la batalla en defensa de Israel a las redes sociales.
Aunque es imposible afirmar sin una investigación policial más profunda si los grupos encargados de implementar esta política agresiva son los responsables de alimentar la crisis antisemita del Partido Laborista, la situación refleja la necesidad de una mayor vigilancia del mal uso de las redes sociales. Rusia ha sido acusada de intervenir en las elecciones estadounidenses, y se ha informado de que el FBI ha descubierto una campaña de desinformación a escala industrial dirigida por Moscú en las redes sociales.
El escándalo que rodea a la consultora política británica Cambridge Analytica refleja aún mejor la sofisticación de estas campañas de propaganda. Fue descubierto que tácticas normalmente empleadas durante la guerra para crear confusión entre las filas enemigas habían sido desplegadas contra millones de ciudadanos comunes en todo el mundo, en un intento de interferir en la democracia.
Twitter, Facebook y YouTube se han convertido, entre otras cosas, en un elemento clave a la hora de extender propaganda para influenciar en elecciones, crear desunión e incluso sabotear procesos democráticos. El presidente ruso, Vladimir Putin, está acusado de hacer esto a tal escala que se teme que los resultados de las elecciones presidenciales de EEUU de 2016 pudieran haber sido afectados. Puede que Rusia sea el primer país en ser investigado por este tipo de campañas, pero no es el único Estado que las ha realizado. Podemos decir con seguridad que los grupos pro-Israel, respaldados por el Estado, han usado las mismas tácticas para alimentar la disputa sobre el antisemitismo en el Partido Laborista y difamar a Jeremy Corbyn. Es hora de que el Partido Laborista y otros grupos difamados por estas campañas pro-Israel involucren a la policía en futuras investigaciones.
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