El presidente libanés Michel Aoun anunció hoy que su país ha entrado en una crisis sin precedentes caracterizada por una recesión económica, una grave escasez de divisas, altas tasas de desempleo y pobreza e inflación.
Las observaciones de Aoun se produjeron en un discurso que pronunció ante los miembros del Grupo Internacional de Apoyo al Líbano (ISGL), durante su reunión en el Palacio Presidencial en el este de Beirut, en presencia del Primer Ministro Hassan Diab.
El presidente libanés declaró: "Por estas razones, y para detener el agotamiento de las reservas, el Estado decidió suspender el reembolso de los eurobonos, y el nombramiento de dos consultores financieros y jurídicos internacionales para que actúen como consejeros del gobierno".
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El ISGL, que fue fundado en 2013, anunció en su reunión de París del año pasado que la comunidad internacional está dispuesta a ayudar al Líbano a superar la actual crisis financiera, siempre que se establezca un gobierno eficaz, creíble y capaz de luchar contra la corrupción.
"Dependemos en gran medida de la promesa de ayuda de 11.000 millones de dólares que recibimos en la conferencia del CEDRE en París, que se dedicará principalmente a la inversión en proyectos de infraestructura", dijo Aoun.
Añadió: "Hoy en día nos enfrentamos a todas estas crisis y repercusiones, y acogemos con agrado cualquier ayuda de los amigos del Líbano". (...) Estamos trabajando en la preparación de un plan económico y financiero integral para corregir los desequilibrios de la economía".
Aoun continuó: "El Líbano es hoy testigo de dos de las peores crisis que han afectado al mundo en 75 años. Aunque la epidemia de COVID-19 es un mal destino que nos tocó vivir, nos vimos obligados a enfrentar la crisis de los refugiados, que nos costó más de 25.000 millones de dólares".
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Más de un millón de refugiados sirios que viven en el Líbano están registrados en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), mientras que el gobierno libanés estima que el número real de sirios que viven en el país es de 1,5 millones.
El Coordinador Especial de las Naciones Unidas para el Líbano, Jan Kubis, dijo que la crisis de COVID-19 plantea un desafío sin precedentes para el Líbano, además de las dificultades económicas, lo que lleva al país a un estado de desesperación más profundo.