La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenó ayer a Irán por haber ejecutado a dos niños delincuentes en un plazo de cuatro días.
Bachelet dijo en una declaración que Shayan Saeedpour fue ejecutado en la prisión de Saqez, en la provincia de Kurdistán, el martes por un delito que supuestamente había cometido cuando era menor de 18 años, tras un proceso judicial que parece haber sido profundamente "defectuoso".
Según la declaración, el pasado mes de marzo Saeedpour figuraba entre los 80 reclusos que intentaron escapar de la prisión de Saqez tras protestar contra las condiciones existentes en ese lugar a la luz del brote de coronavirus antes de ser detenido de nuevo el 3 de abril.
En la declaración se explicaba que, antes de la muerte de Saeedpour, las autoridades habían ejecutado a Majid Esmailzadeh en la prisión de Ardabil el 18 de abril por haber cometido presuntamente un asesinato cuando era menor de 18 años.
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El 2 de abril, funcionarios de la prisión de Miandoab, en la provincia de Azerbaiyán occidental, golpearon a un tercer niño hasta matarlo mientras estaba detenido. Danial Zeinolabedini había protestado contra las condiciones de la prisión en medio de la pandemia de COVID-19, según la declaración, señalando que había sido condenado a muerte por un delito que había cometido cuando era menor de 18 años.
Bachelet subrayó en la declaración que "la ejecución de estos dos niños delincuentes está absolutamente prohibida por el derecho internacional de los derechos humanos", añadiendo que "a pesar de las repetidas intervenciones y el compromiso de mi propia Oficina con el Gobierno de Irán sobre esta cuestión, la condena y las ejecuciones de niños delincuentes continúan".
Recordó a las autoridades iraníes que la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas les había pedido que realizaran inmediatamente una investigación independiente e imparcial sobre la muerte de Zeinolabedini y que hicieran rendir cuentas a los responsables.