La Iglesia de la Natividad en Belén ha reabierto sus puertas a los fieles y a los turistas, ya que las autoridades palestinas han suavizado las restricciones sobre el coronavirus en la Cisjordania ocupada.
Sin embargo, en medio de las persistentes preocupaciones por la pandemia, el acceso al sitio se ha limitado a 50 personas a la vez.
Todos deben estar libres de fiebre y llevar máscaras protectoras. Se prohibirá besar o tocar las piedras, incluidas las de la gruta que los cristianos creen que es el lugar de nacimiento de Jesús.
Belén, justo al sur de Jerusalén en la Cisjordania ocupada, fue capturada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967. Está controlada nominalmente por la Autoridad Palestina.
"El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo dio esperanza a la gente hace más de 2.000 años, y la apertura de la iglesia hoy dará, creo, esperanza al mundo entero de que con suerte esta pandemia terminará, no sólo en Palestina sino en el mundo entero", dijo a Reuters el Ministro de Turismo palestino Rula Ma'ayah.
El alivio de las restricciones fue anunciado por el primer ministro palestino Mohammad Shtayyeh ayer. Dijo que las mezquitas, iglesias y negocios reabrirían a partir de hoy dado el lento ritmo de las infecciones por virus.
Se espera que las oraciones en la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén se reanuden a finales de esta semana, después de una pausa de casi dos meses, dijeron la semana pasada funcionarios del Ministerio de Awqaf (Donaciones Religiosas).
Hasta hoy, los territorios palestinos ocupados han registrado un total de 602 casos de coronavirus, con cinco muertes y 475 personas recuperándose.